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Loreto Aravena en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«Lo único que hacía la ola era tirarnos al roquerío… Iba tratando de remar y pasando el remo por arriba de mi hija y mi mamá detrás mío»: el susto de Loreto Aravena en Rapa Nui

Autor: Equipo Glamorama / 5 agosto, 2023

«Me puse a rezar mientras, con fuerza, trataba de sacarnos», relata Loreto Aravena sobre el susto que pasó con su hija, entonces de dos años, y su mamá en la playa de Rapa Nui.

La actriz conocida por sus papeles en Los ’80 y Soltera Otra Vez contó la historia en Podemos Hablar:

«Estaba en Anakena. Mi guagua tenía como dos años, por ahí. Yo ya era fan de la tabla de paddle surf (deporte naútico que se hace sobre una tabla y con un remo). Estaba con mi mamá.

«Mi mamá nunca había estado conmigo en la tabla. Pero andábamos con mi hija, entonces no iba a dejar a mi hija sola para llevar a mi mamá. Y ya había llevado a mi hija en la tabla, porque llevaba varios días en la isla, sola con mi nena, entonces nos metíamos en la tabla constantemente, pare ver los pececitos, no sé qué… Ella siempre con su traje de flotabilidad, su salvavidas. Pero igual era súper chica.

«Se me ocurre la maravillosa idea, que ahora te juro que lo veo y digo ‘¡¿cómo pude hacer algo así?!’. Le digo a mi mamá ‘metámonos las tres, si no pasa nada. Mira, esto es una taza de leche’.

«Anakena es bastante agradable, y era un días soleado. Y nos metimos con la tabla. Mi mamá y mi hija chochas. Yo feliz ahí, con la tabla.

«La playa es pequeñita y me fui hacia lo más hondo, porque nos embalamos mirando los pececitos. Y de pronto empieza un poquito de oleaje. Empiezo a sentir el viento, una nubes por allá. En una isla el clima cambia muy rápido, y yo olvidé esa parte.

«Digo ‘chuta, vamos a tener que salir’, porque empezó viento. Me empiezo a devolver y el viento y el oleaje se intensifican y yo tenía que salir. La playa de Anakena al lado izquierdo es pura arena, pero hacia el lado derecho es roquerío, y el oleaje me empezó a llevar al roquerío.

«Mi mamá histérica, porque en general reacciona muy mal ante las dificultades. Entonces histérica. Y yo tratando de bajarle el perfil porque no quería asustar a mi hija, que era chiquitita. Entonces yo ‘no pasa nada. La abuela, que lesea, jajá. Mamá, tranquila, si vamos a salir’. Y ella ‘¡hija, por favor, la niña!’. Yo: ‘Mamá, tranquila. A lo más, si nos damos vuelta, tú te agarras de la tabla. Yo me preocupo de lo demás’.

«Pero me pasó de todo por dentro. Vi la vida. Porque yo trataba de remar y lo único que hacía la ola era tirarnos al roquerío. Además no me podía poner de pie porque eso iba a hacer que nos cayéramos.

«Iba sentada tratando de remar y pasando el remo por arriba de mi hija y mi mamá iba detrás mío. Me puse a rezar mientras, con fuerza, trataba de sacarnos.

«Logré salir.

«Cuando toqué la arena yo temblaba. Las piernas de lana completamente. Lo único que pensaba era en mi hija. Porque mi mamá algo sabe nadar, pero mi hija era una guagua, súper chica. Nunca más me arriesgo de esa manera.

«Me sentí pésima mamá, pésima hija. Después con mi mamá ‘¡qué pelotudas! Cómo no cachamos que podía cambiar el clima. ¡¿Cómo nos subimos con la niña?!'».