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Katty Kowaleczko en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«Empezamos a ver la pista de aterrizaje… Y veo ambulancias y bomberos al lado del avión»: el susto de Katty Kowaleczko en vuelo ruso

Autor: Equipo Glamorama / 12 agosto, 2023

«Las azafatas rusas gritando en ruso. Cruzaban para allá, para acá», relata Katty Kowaleczko sobre el aterrizaje que realizó a bordo de un avión comercial ruso con problemas en la cola, durante un viaje de vacaciones en el año 1993.

La actriz de 58 años recordó la historia en el último capítulo de Podemos Hablar, en Chilevisión:

«Fue el siglo pasado… El año ’93. Porque terminamos de hacer Marrón Glacé en Canal 13 el viernes, y yo el lunes partí con mi madre, que la invité de vacaciones a ver la tumba de papá en Polonia.

«En ese tiempo era caro volar, y un avión para allá era muy caro. Entonces buscamos el avión más barato que era una línea rusa, Aeroflot. Nos metimos a un avión que era un lanchón enorme, en julio, verano allá. Y teníamos que hacer escala en Miami. Uno, cuando vuela, está todo bello, azul, tranquilo.

«Empezamos a bajar al aeropuerto de Miami y el avión hacía círculos para ir bajando. Nos metimos en una tormenta eléctrica del terror, mal, gris tirando para negro el color. Empezamos a ver la pista de aterrizaje y de repente el avión empieza a acelerar y empieza a subir de nuevo, y salimos de la tormenta… ‘Qué raro…’

«Las señoritas azafatas eran rusas. Ninguna hablaba castellano, nada. Después volvió a bajar el avión y, en la tercera bajada, tormenta terrible, y veo ambulancias, bomberos, al lado del avión.

«A todo esto, las azafatas rusas gritando en ruso. Cruzaban para allá, para acá. Le decía a mi mamá ‘¡¿qué pasa?! No entiendo, pero si hay bomberos y ambulancia esta cosas no viene fácil’.

«Aterrizamos bien, en todo caso, porque no pasó a mayores. Pero fue un guatazo tras otro, mucho ruido. Nos bajaron muy rápido del avión, y ahí nos enteramos que habían cerrado el aeropuerto para nuestro vuelo porque el avión había tenido un problema en la cola con la tormenta y no podía aterrizar fácil.

«Estuvimos ocho horas esperando en una habitación de tránsito otro vuelo de la misma línea que hiciera el resto del viaje».