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Diego Maradona en una foto de archivo tomada de la web. Fernando Solabarrieta en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

Treinta y cinco whiscolas y 250 salchichas: el carrete de Fernando Solabarrieta con Diego Armando Maradona

Autor: Equipo Glamorama / 19 agosto, 2023

«Maradona me ofreció algo para tomar, yo no sabía qué pedirle, me daba no sé qué, estaba muy nervioso. ‘Porque yo tomo whiscola, ¿vos qué tomas?’. ¡Era justo lo que yo tomaba!», es parte de la historia del carrete de Fernando Solabarrieta con Diego Armando Maradona a mediados de los años ’90.

El periodista estuvo en Podemos Hablar, de Chilevisión, donde relató la noche que pasó con el famoso futbolista quien falleció en 2020:

Fernando Solabarrieta: «Esto sucedió con Diego Armando Maradona»

Jean Philippe Cretton: «Debe haber sido muy dura la experiencia…»

Solabarrieta: «No alcanzo a ser, afortunadamente… Fue más bien light, dentro de todo.

«Cuando él vuelve a Boca, año ’96, no me acuerdo bien. En Buenos Aires, en La Boca, había 400 periodistas, 800 cámaras, y la única forma de personalizar ese reportaje era que yo pudiese preguntar algo en la conferencia de prensa. Pero era imposible, eran 400 periodistas.

«Aparece Maradona con los dirigentes, se van a sentar, y yo la única posibilidad que tengo de que aparezca mi voz en la conferencia es que me pare antes. Entonces se van sentando y yo me levanto y digo ‘¡Diego, para Zoom Deportivo de Chile!’. ‘Ah, sí, sí, decime’. Y le hago una pregunta weona pero valía.

«Pasó un año y Diego viene al De Pé a Pá, con Pedro Carcuro. Entro, estaba su abogado, estaba ‘El Morsa’, que era el cuñado, personaje importante para esta historia. Llego y le empiezo la entrevista.

«Termina la entrevista y él dice ‘che, escúchame, ¿vos cómo te llamas?’. ‘Fernando’. ‘Che, un gusto, Fernando… Che, ¿vos estuviste en La Boca cuando yo llegué a Boca?’. ‘¡Sí, Diego, estuve!’.

«‘Y escúchame una cosa: ¿vos me preguntaste primero?¡Sí, Diego!’. ¡Y yo ya me meaba! Una cosa… Yo lo amaba y más encima se acordaba de mí. No lo podría creer.

«Y después me dice ‘escúchame una cosa: ¿vos andabas con una remera blanca, un jeans celeste, una campera roja?’. ‘¡Sí, Diego, sí!’. Se acordaba de todo. El Diego tenía memoria de genio.

«Ahí quedé en llamas. Era mi ídolo. Que mi ídolo además me tratara de esa manera. Ahí quedé. Yo estaba listo. Tenía la nota y todo. Y me quedé viendo un rato el programa, el De Pé a Pá, y se me acerca ‘El Morsa’. Me dice ‘escúchame: El Diego quiere que vengas a comer con él’. ‘Ya’, digo yo.

«Comí, disfruté, bien, hasta ahí yo estaba en llamas completamente. Se termina la comida y ‘El Morsa’ me dice ‘El Diego quieres que vengas al hotel’. Y aparezco en el Sheraton tipo una de la mañana. Subí, estaba el abogado, El Morsa que duró cinco minutos y se fue a acostar, Maradona, yo y nadie más. Te lo juro.

«Me ofreció algo para tomar, yo no sabía qué pedirle, me daba no sé qué, estaba muy nervioso. ‘Porque yo tomo whiscola, ¿vos qué tomas?’. ¡Era justo lo que yo tomaba!. ‘¡Sí, Diego, sí!’.

«El era muy obsesivo compulsivo. ‘Hola, habla El Diego. ¿Puedes subir unas whiscolas?’. ‘Si, ¿cuántas?’. ‘Treinta y cinco’. Y vamos a decir la verdad: yo en esa época era weno para el tema, seguramente el Diego igual, ¡pero no para 35!.

«Es que era obsesivo. De hecho, después, como a mitad de la noche, le dieron ganas de comer salchichas. ‘Hola, habla el Diego. ¿Tiene salchichas?’. ‘Sí, ¿cuántas?’. ‘Doscientas cincuenta’…

«Y entraba un señor con un carrito y una bandeja con 250 salchichas. Así como entró un señor con 35 whiscolas. Verdad.

«Fue una noche… Hablamos de la vida, de los papás, de la familia, de la amistad, de los hermanos. Me regaló una noche maravillosa. Y ahí para siempre dije ‘este tipo es extraordinario'».