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José Miguel Viñuela y Franciane Brandao, quien integraba el grupo Porto Seguro, en una foto de Mekano del Archivo Histórico Cedoc Copesa.

«A los hombres de Mekano les depilaban el pecho en vivo, las piernas. A las mujeres los bigotes», «imagínate la humillación…», afirma Daniela Aránguiz

Autor: Equipo Glamorama / 5 septiembre, 2023

«Nos hacían comer cucarachas, grillos envueltos en chocolate. Nos hacían comer cucharadas de pimienta, cucharadas de canela. Los piquitos…», recuerda Daniela Aránguiz sobre Mekano, el programa donde debutó en televisión y se hizo conocida, hace dos décadas.

Ahora la ex esposa de Jorge Valdivia tiene 37 años, dos hijos y es panelista de Zona de Estrellas. En este programa hablaron de José Miguel Viñuela, quien animó Mekano. Entonces Aránguiz expresó:

“El Jose viene de una escuela de televisión donde el bullying era parte de la entretención. Yo me acuerdo que a todos los hombres de Mekano los ponían en una camilla, con cera depilatoria, y les depilaban el pecho en vivo, las piernas. A las mujeres los bigotes.

«Imagínate la humillación que una mujer le depilen los bigotes en cámara. A la Paulina Rubio una vez le mandaron a comprar una Prestobarba para depilarle los bigotes, porque le dijeron ‘en la cámara se te ven así unos mostachos, te tienes que ir a depilar’.

“Nos hacían comer cucarachas, grillos envueltos en chocolate. Nos hacían comer cucharadas de pimienta, cucharadas de canela. Los piquitos”

Hugo Valencia: “¿En algún minuto alguien del elenco se negó a hacer eso?”

Aránguiz: “No podían. Vi a muchos chiquillos llorando del dolor en camarines”

Valencia: “¿Pero por qué no podían?”

Aránguiz: “Porque éramos 28 cabros y el que no se prestaba para el juego no servía. Ojo, no es que te obligaran. Yo tengo que decirlo, porque yo le tengo mucho cariño al Alex Hernández (realizador de Mekano) y, por lo menos mi experiencia fue súper bonita. Yo decía ‘Alex, yo no juego a la gomita’, y no me obligaba.

‘Yo no voy a jugar al juego que hace la Rose con el Caco’, que hacían unos shows de tongo terribles, y me decía que no. Muchas cosas que yo no quería me respetaba. Lo que pasa es que a mí me tenían por otras cosas, porque yo palabreaba a esa, a la otra, ahí mismo en cámara.

“Entonces no me tenían para prestarme para ese tipo de shows de romances, o darle una gomita a Jose, o darle un piquito a este. Lo debo haber hecho una vez, y fue porque me gustaba el cabro”.