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Raquel Argandoña y su hija Kel en una foto del archivo Glamorama. El ramo de flores que recibió la animadora en la clínica.

«Algo que esperaba hace cuatro años. Gracias. Te amo»: ¿Kel envió flores a mamá Raquel tras largo quiebre?

Autor: Glamorama / 27 enero, 2024

«Estoy feliz. Algo que esperaba hace cuatro años. Gracias. Te amo», escribe Raquel Argandoña en las historias de su Instagram. La frase acompaña un video que muestra un arreglo de flores de tamaño importante.

La comunicadora de 66 años publicó el mensaje de la Clínica Alemana, donde se internó y fue cometida a cirugía el miércoles debido a una obstrucción intestinal.

«Gracias por sus buenos deseos. Estoy en una recuperación lenta pero creen que pronto estaré con ustedes», comunicó Argandoña este viernes.

Antes también compartió un agradecimiento a su hijo menor, Nano, quien le llevó un pequeño ramo con un globo que decía «te amo».

Posterior a eso publicó el video del otro ramo y el mensaje «algo que esperaba hace cuatro años».

Justamente en 2020, en agosto, se produjo el quiebre de la panelista de Tal Cual con su hija Kel, de 32 años.

Entonces Nano apuñaló a su padre, el abogado Hernán Calderón, y la familia se dividió.

Tras el delito cometido, Argandoña apoyó de manera incondicional a su hijo. En tanto, la egresada de Leyes se alineó con la defensa de su padre, declaró voluntariamente en dos ocasiones durante la investigación y acusó que “mi mamá junto a la defensa (de Nano) va al departamento de mi papá y lo amenazan y extorsionan”.

En noviembre de 2020, Kel afirmó: “Nunca pensé que mi mamá, por proteger a mi hermano, iba a ser capaz de hacerme tanto daño a mí».

En 2022 Argandoña confirmó que seguía incomunicada con su hija. En el estelar Podemos Hablar declaró:

“Yo tengo dos hijos. A uno de mis hijos yo me he tratado de acercar mucho, pero llega un minuto en que tú dices ‘basta’. O sea, basta. La persona sabe dónde yo vivo, sabe que, si algo le pasa, un, dos, tres, siempre voy a estar ahí. Lo que necesite lo va a tener.

“Pero yo tampoco puedo seguir mendigando amor ni tampoco cariño. O sea, ya han pasado dos años y, si las cosas no se dan, no se dan. Pero no por eso me voy a quedar llorando todo el día, las 24 horas en mi casa, porque yo tengo derecho también a vivir».