Un amor que se cocinó a fuego lento: Jorge Valdivia relata su la historia con Maite Orsini
Sabía quién era. Pero no se había percatado que era tan bonita.
Jorge Valdivia y Maite Orsini se encontraron por primera vez en noviembre de 2022 en una iniciativa de Unicef en Renca. «En la actividad había mucha gente, no había cachado que estaba ella. Y después, cuando nos sacamos una foto, ahí altiro sí», afirma «El Mago», un año y cuatro meses después, cuando mantiene un pololeo oficial con la diputada, asumido en la portada de una revista de papel cuché a fines de enero. Tras un año de polémicas, escándalos que se convirtieron en tema país y la guerra sin cuartel de Daniela Aránguiz, quien apuntó y acusó, publicó mensajes, WhatsApps y hasta la foto de un calzón, acciones por las cuales está querellada por parte de la congresista.
Valdivia advierte que solo abrirá su corazón por una vez, en esta entrevista que publica hoy revista Sábado. Revela cómo Maite amplió sus horizontes. Como el amor lo cambió. El ex deportista de 40 años, padre de dos niños, dice que no hubo flechazo a primera vista. «O sea, es linda, pero no la vi como para tener una relación en ese minuto».
Esa primavera Valdivia estaba separado de Aránguiz tras 17 años. Pero con Orsini, en lo de Unicef, solo hubo buena onda. Tanto como tener que el ex jugador se sintiera con la confianza como para contactarla por temas en que necesitaba una voz que lo orientara. «Como Maite es abogada, le preguntaba algunas cosas que me estaban pasando y de ahí nos fuimos conociendo», afirma.
Una de esas veces fue cuando, en enero de 2023, le hicieron un control de identidad en Vitacura, «El Mago» no portaba su carnet y lo detuvieron. Sintió que lo maltrataron, consultó con Orsini y ella llamó a la jefa de la Dirección de Derechos Humanos. Un asunto por el que la sancionaron desde la Comisión de Etica de la Cámara de Diputados. Pero Valdivia dice que fue «injusto» porque «entonces no éramos pololos… Apenas nos conocíamos».
«Con el tiempo empezamos a conversar más y nos fuimos haciendo más onda», explica. Vinieron las citas, los viajes dentro y fuera de Chile, la cercanía e intimidad. Se hicieron partners y se unieron frente a la ira de la ex esposa. «Nos fuimos conociendo y decantó en esta relación amorosa», detalla el ex crack de La Roja.
Maite lo ayudó a sacar sus pertenencias del apart hotel donde vivía tras el quiebre matrimonial y donde Daniela Aránguiz entró y «destruyó coas y objetos», según denunció el ex futbolista. Con los meses la pareja formó su hogar. «La quiero», declara él.