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«Te llevó de vacaciones con todo pagado, ni siquiera llevaste diez lucas para tomarte un café…»: Daniela Aránguiz ataca sin pudor a Camila Andrade

Autor: Glamorama / 3 junio, 2024

«¿Qué tipo de mujer eres tú para que un hombre te tenga que pagar hasta el bronceador que te pones?. Ni yo, que estuve casada con un multimillonario», concluyó Daniela Aránguiz tras un ataque sin pudor en contra Camila Andrade por la denuncia que presentó en la Inspección del Trabajo en contra de su ex pololo, un hombre llamado Gerardo Zavala. Este ingeniero dueño de locales empezó a sonar en los programas de farándula tras su quiebre con la actual pareja de Francisco Kaminski.

Andrade y Zavala fueron pololos por menos de un año. Emprendieron un salón de uñas. Terminaron. A los días explotó el escándalo de Camila con Kaminski y Carla Jara. Zavala la sacó del negocio y comenzó a entregar su versión a periodistas y a Daniela Aránguiz, con quien también ha salido.

Zavala reduce la participación de Camila en el salón de uñas a menos de dos semanas de trabajo. Por el contrario, Andrade asegura que ella echó a andar el negocio sola y pide nueve millones de pesos por todos los meses que trabajó.

Aránguiz defiende a su amigo Gerardo y, como ha hecho en otros casos, las emprendió contra la mujer del caso. Es decir, Camila. En el programa de espectáculos atacó:

“Camila Andrade, te encuentro enferma de patuda. No puede ser que tu pololo de ocho meses te haya puesto o habilitado un local para que trabajaras en conjunto con él, para ayudarte, porque le llorabas que en La Red no te pagaban. Y como llorabas por plata, hubo un bondadoso corazón que, sin tener ninguna obligación contigo, dijo ‘yo voy a poner este local para que tú me ayudes a trabajarlo’. El local ni siquiera se había abierto cuando tú a él le ponías los cachos con Kaminski.

“Te llevó de vacaciones con todo pagado, porque ni siquiera llevaste diez lucas para tomarte un café. Y más encima lo demandas por nueve millones. Te pasaste.

«Una cosa es ir a ayudar a tu pololo de corazón: ‘tú estás viendo tus otros dos negocios. Yo voy a ir a ver si están los maestros trabajando’. Vas al local, miras, sacas un par de fotos y te vas. ¡¿Pero cómo le vas a cobrar a tu pololo, que más encima la tuvo viviendo en la casa de él sin comprar un kilo de pan?!. Te pasaste. Eso es ser malagradecida».