«Me podían gritar las cosas más horribles»: el bullying que soportó con valentía Jordi Castell en el colegio
«En ese momento a mí me podían gritar las cosas más horribles y a mí nunca me afectó», dice Jordi Castell, el fotógrafo y panelista que, en el podcast de Euge Lemos, Dale Color! (vea el episodio aquí) relató como, por su orientación sexual, debió soportar un bullying de carácter agresivo y enorme, cuando estaba en el colegio.
(Vea aquí el nuevo capítulo de la docuserie Todo por la Tele:)
Esta fue parte de la conversación en el espacio que se emite por el canal YouTube de Euge Lemos:
Jordi Castell: “Cuando yo tenía 14 años el movimiento punky en Inglaterra no solamente era una rebeldía feroz, sino que para mí Vivienne Westwood fue el gran referente que yo tuve de chico.
“Cuando cumplí 15 años mi mamá me permitió hacer una fiesta y yo agarré un cloro, manché los jeans, los tijereteé, les hice tajos, me puse una cadena y me pinté con tempera unos mechones azules, porque quería vestirme punky para mi fiesta de 15. En Talca, dictadura, año ’81”
Euge Lemos: “¿Y qué decían tus compañeros de toda esta locura?”
Castell: “Yo creo que nunca les sorprendió que yo fuera así, porque siempre fui así. Es como cuando Soda Stereo empezó con la fama apabullante a principio de los ’80 y Robert Smith de The Cure se delineaba los ojos, y todos andábamos con los ojos delineados cuando éramos jóvenes”
Lemos: “¿Pero esto fue natural o igual sentiste que tuviste que dar la pelea en ese momento?”
Castell: “Sin duda, socioculturalmente hubo que dar la pelea, pero yo nunca me enteré y nunca me importó, porque creo que es defecto a estas alturas que nunca me haya importado lo que dijeran de mí. Hoy se convierte en una fortaleza. Pero en ese momento a mí me podían gritar las cosas más horribles y a mí nunca me afectó.
“Hay tanta gente que no puede vivir en paz porque, los que se creen superiores, se ríen de ellos. De mí se deben haber reído harto, porque me gritaban cosas bien fuertes con el tema de obviamente ser homosexual, pero creo que me importaba mucho más cómo me veía».