Glamorama
Antonella en Buenos Días a Todos. Barticciotto en el canal de Youtube de Radio Pauta.

Las relaciones paralelas de Marcelo Barticciotto con Antonella Ríos y con otra mujer

Autor: Cristián Farías Ravanal / 14 enero, 2025

A pesar de que Antonella Ríos mantenía una relación durante tres meses con Marcelo Barticciotto y ella lo descubrió en su departamento con otra mujer, la actriz de 50 años perdonó al ex futbolista de 58 y declara que aún le tiene cariño, aprecio. Que incluso se comunican y que él le deseó feliz Navidad.

Porque desde que, a fines de noviembre, «La Anto» y «El Barti» sufrieron una encerrona en Ñuñoa cuando estaban el auto de él, Marcelo ha mantenido un silencio que no ha roto para nada.

Ha sido Antonella la que, con mesura y respeto, ha ido relatando la historia de amor que la dejó con desilusión y un sabor amargo porque esperaba más, mucho más, del hombre con el que mantuvo una relación con todas las de la ley,  de tipo exclusivo. O al menos eso creía ella.

Al el jugador le gustó a protagonista de la película Los Debutantes. A través de conocidos se acercaron. Tuvieron contacto, se juntaron y se gustaron. Ella sentía ternura y pasión por él. Se embarcaron en un romance que él nunca quiso que saliera a la luz pública. En eso se cuidaba en extremo.

En 2024 Antonella entró al reality Palabra de Honor con el corazón ocupado. Llevaba dos meses con Barticciotto. Le guardó fidelidad. Al salir se reencontraron. Todo iba miel sobre hojuelas, hasta que un día, el dicho «ojo de loca no se equivoca» se hizo realidad.

Un detalle en el departamento del rostro del espacio de fútbol ESPN F90 la hizo sospechar. Sembró la duda en su cabeza. Ideó un plan y lo concretó. Un día llegó sin avisar al hogar de su pareja y el conserje la hizo pasar sin anunciarla. Tocó el timbre y le abrió la puerta la otra mujer, quien le dijo que ella también estaba en una relación con el hombre de 58 años durante el doble de tiempo que Ríos.

En esa ocasión quedó la embarrada.

Sin embargo, Antonella sintió que se debía una última conversación. Y estaban empezando a conversar esa noche de noviembre a bordo del auto del «Barti» en una calle de Ñuñoa, cuando unos delincuentes los amenazaron, golpearon, les quitaron el auto y, sin querer, hicieron público un romance que ya estaba casi en cenizas.