2111895.jpg

El francés de MasterChef reveló su episodio más doloroso

Autor: admin_copesa / 6 mayo, 2015

Yann Yvin se ve un hombre duro e implacable. Durante su desempeño como uno de los jueces de MasterChef Chile, el francés impuso una personalidad marcada por la rudeza y frialdad a la hora de evaluar a los participantes. Pero el cocinero esconde episodios sensibles que han marcado su vida.

 

El francés, en entrevista con Más Vale Tarde –MIRE AQUI EL VIDEO-, desclasificó lo fuerte que le resultó la repentina muerte de su padre a los 50 años, la misma edad que está a punto de cumplir hoy. Según el europeo, el deceso ocurrió a raíz de un “accidente tonto”, cuando recién iniciaba su carrera profesional. Sin embargo, aseguró que el hecho lo ayudó a ver su vida de otra forma. Mire parte del diálogo con Álvaro Escobar en Mega:

 

Yann Yvin: “Lo vi desaparecer por un accidente tonto, a los 50 años, que voy a cumplir este año”

 

Álvaro Escobar: “¿Tu padre tenía tu edad?”.

 

Yvin: “Sí, murió el día de su cumpleaños, 50 años. Entonces, uno lo ve desaparecer. Ya es doloroso. Le pasa a todo el mundo. Y uno dice: ‘Este hombre murió a los 50 años. Tenía muchos proyectos por delante. No logró hacer todo’. Te queda una sensación media amarga de decir ‘chuta, tenemos una sola vida. Si es para terminarla de una manera tan tonta, entonces yo necesito comer el mundo’. Desde ese minuto, tomé una decisión donde no hay tanto que mirar a la izquierda, a la derecha; hay que mirar adelante. Tu target no lo conoces, pero vas adelante. Los caminos se van a abrir según la caminata que estás haciendo”.

 

Escobar: “¿Eso te ha funcionado desde ese entonces?”.

 

Yvin: “Es una manera de vivir. Tengo la suerte de tener una familia que me acompaña, porque es complicado a veces el estar buscando algo, algo, algo. Les agradezco por eso. Pero hoy día fue una decisión familiar. Vamos a seguir nuestro camino, nuestra caminata por el mundo, a partir del mes de junio, y vamos a empezar un nuevo desafío partiendo de cero…”.

 

Escobar: “Yann, ¿qué edad tenías tú cuando fallece tu padre?”.

 

Yvin: “Tenía unos 23 años. Niño. En plena edad donde uno empieza a crecer, empieza a madurar. Y claro que me ha gustado mostrar un poco las primeras pololas. Cada uno con su padre quiere lucirse. Quiere un poco demostrar que también logró hacer algo de su humilde vida, joven vida. Ese momento nunca lo voy a saborear”.

 

Escobar: “Tu papá no conoció a tu familia, tus hijos…”

 

Yvin: “Exactamente, no conoció mi vida. Eso me faltaba, esa mirada del padre dentro de la cual uno quiere ser orgulloso de su propio yo, demostrando a su padre que se la jugó también, y ahí me la robó”.

 

Escobar: “Y ahora que tú eres papá, tienes a tus hijos a quienes les estás demostrando, de alguna manera, la cantidad de proyectos que te pones, los targets, como dices, los objetivos, y cómo los vas cumpliendo, cosa que a ti no te tocó con tu padre. Verlo a él cumplir sus objetivos”.

 

Yvin: “Exactamente. Se quedó a medio camino. Logró bonitas cosas, pero le faltaba un montón por hacer. Como un hombre de 50 años, le faltó mucho. Y yo tengo esa fuerza que, cuadro me pongo algo en la cabeza, es difícil que me lo saquen”.

 

Escobar: “Porque uno se puede equivocar. Entiende que haya perseverancia, pero eso no quiere decir que te vayas a equivocar en el camino. Tropiezas…”.

 

Yvin: “Exactamente. El target es el objetivo final, pero puedes tener muchas maneras de llegar. Pero al final el objetivo no hay que perderlo mucho de vista”.

 

Escobar: “Y esta manera ‘tan tonta’ que dices de fallecer tu padre, ¿qué quiere decir una manera ‘tonta’?”.

 

Yvin: “Fue un accidente. Como cualquier accidente, es tonto. Teníamos una casa en la isla francesa de la belleza, que se llama Córcega, al sur de Francia. Y en una isla, como en toda isla, hay mucho viento. Durante la noche el viento levanta un poco las tejas de las casas. Y mi padre, que no era muy manual, subió en la mañana a ver lo que pasó en el techo, para reponer un poco las tejas. Y cuando regresó, se cayó, no mucho, unos dos metros, pero cuando caes en la cabeza, ya… Y lo peor es que yo estaba de vacaciones en Brasil, viajando, y lo supe cuando regresé. Unos cinco días. Lo supe cuando regresé al aeropuerto. Tenía un mensaje…”.

 

Escobar: “¿Sentiste que dejaste algo pendiente con tu padre?”.

 

Yvin: “Claro, estaba de vacaciones y desapareció así, ya (hace un gesto con la mano). Y te quedas un poco con todas esas ganas de decir ‘espera, espérame, espérame… espera, espera… tan temprano, no’. Pero la vida decidió otra (cosa). Pero también me dio esa fuerza hoy en día para armar mi proyecto. Y lo que me di cuenta en ese camino es que cuando uno quiere realmente una cosa, lo puede. Hay muchas barreras que uno se autoconstruye, pero si se limpia un poco esas barreras, al final uno se gana las cosas”.