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Javiera Acevedo desclasifica su amarga verdad tras la filtración de selfies desnuda

Autor: admin_copesa / 8 mayo, 2015

No fue una noche buena para Javiera Acevedo. El 24 de diciembre de 2014, a eso de las 23 horas, una serie de selfies íntimas de la actriz se filtraron a través de las redes sociales. En ellas aparece la rubia aparece completamente desnuda en un dormitorio –VEA MÁS DETALLES ACÁ–.

 

Las imágenes se viralizaron de inmediato. Acevedo solo habló del tema en Twitter. “En Navidad sufrí la violación de mi privacidad. De manera cruel se vulneró mi intimidad. Esto es un delito. La denuncia ya está hecha en la PDI”, escribió la actriz de 29 años desde su perfil @javilarusia. 

 

Sin embargo, a más de de cuatro meses del hecho, rompió el silencio. Fue este jueves en Vértigo, de Canal 13. Allí, tras la pregunta de El Muro de la Verdad, Javiera habló en profundidad de lo que vivió tras la filtración.“Fue una vergüenza. Una violación a mi intimidad”, declaró, entre otras cosas. Además, reveló que sabe quién lo hizo, pero no sin dar su nombre. Vea el diálogo:

 

Cecilia Bolocco: “Qué lata”.

 

Javiera Acevedo: “Absolutamente sí”.

 

Martín Cárcamo: “¿Por qué, Javiera?”.

 

Acevedo: “Es parte del costo que he tenido que pagar por ser una persona televisiva, farándula o personaje conocido. Y fue un momento bastante complicado. Todavía es complicado para mí. Pero antes de ser ese personaje conocido por todo el mundo, famoso, de la tele, soy hija, la menor de mis hermanos, somos cuatro hermanos; soy tía de siete sobrinos chicos; soy polola también. Entonces, creo que ese crimen, porque para mí fue un crimen, afectó a todo ese alrededor mío”.

 

Cárcamo: “¿Cómo sucedieron las cosas? Porque esto fue un día bien particular, un 24 de diciembre”.

 

Acevedo: “¡Además!”.

 

Cárcamo: “¿Estabas en tu casa, celebrando la Navidad con tu familia?”.

 

Acevedo: “Pasamos la Navidad todos juntos. Y esta vez fue bien en grande porque mi hermano se había ido a su casa nueva, entonces por primera vez no pasamos la Navidad en la casa de mis papás. Y esta vez nos fuimos a pasar la Navidad a la casa de mi hermano y toda la familia se reunió en esa casa. Y me enteré por el teléfono, en el momento cuando estaba comiendo. O sea, me hice la lesa conmigo misma en ese momento”.

 

Bolocco: “¿Lo comentaste ahí o te lo guardaste adentro? ¿Qué sentiste como mujer, como hija, como polola? Esto es una violación muy profunda”.

 

Acevedo: “Sí, exactamente eso, una violación, pasada a llevar con los derechos que uno tiene. Sentí que no tenía intimidad. Sentí que era una persona sin libertad. Me sentí, en ese momento, absolutamente nula, porque se me cayó el mundo encima. Pensé altiro en mis papás. Dije ‘no quiero que las vean’, ‘¿por qué alguien tiene la maldad de hacerme eso?’. Yo, gracias a Dios, tengo muchos amigos, buenas personas, una familia maravillosa, alegre, muy tradicional, sobrinos, hermanos…”.

 

Cárcamo: “¿Tus hermanos se enteraron cuándo?”.

 

Acevedo: “Después… creo que por una noticia pequeña en algún diario”.

 

Cárcamo: “Te lo quiero preguntar para entender lo que pasó ¿Tú esas fotos se las mandaste a alguien?”.

 

Acevedo: “Sí”.

 

Cárcamo: “¿A quién se las mandaste, Javiera?”.

 

Acevedo: “(Permanece varios segundos en silencio) No puedo responder esa pregunta”.

 

Cárcamo: “¿A una pareja, un amigo?”.

 

Acevedo:  “Sí”.

 

Cárcamo: “¿A una pareja? ¿El único que tenía acceso a esas fotos era tu pareja?”.

 

Javiera mueve la cabeza en signo de aprobación.

 

Bolocco: “Entonces, tú, claramente, sospechas de alguien”.

 

Javiera: “Sí, son muy pocas las posibilidades que hay. Y directamente no puedo decirlo, porque es un tema legal que me puede perjudicar directamente a mí. Pero sí…”

 

Cárcamo: “Entonces, ¿tú sabes quien reveló esas fotos?

 

Javiera vuelve a mover la cabeza en signo de aprobación.

 

Bolocco: “La prensa de farándula especuló que se las había enviado, bueno, no hablaron a quien se las habías enviado, pero que esto podía haber surgido a través de un romance con una ex pareja de Catalina Pulido ¿Es así?”.

 

Acevedo: “¿Lo que la prensa decía? Sí, lo escuché por todos lados en la prensa, pero no me puedo referir a ese tema, porque es parte de un proceso de investigación”.

 

Cárcamo: “Pero vamos a lo humano. Si tú sabías que a una persona le habías enviado esa foto, ¿tú llamaste a esa persona para decirle si hizo algo con esas fotos? ¿Se te perdió el celular? ¿Te lo robaron? ¿La filtraste? ¡Se las pasaste a alguien? ¿Hiciste ese llamado?”.

 

Javiera vuelve a mover la cabeza en signo de aprobación.

 

Cárcamo: “¿Qué te dijeron?”.

 

Acevedo: “Que no”.

 

Cárcamo: “Tú le creíste a esa persona?”.

 

Acevedo: “No”.

 

Cárcamo: “¿Por qué crees que se relevaron esas fotos?”.

 

Bolocco: “Ahora, ese celular no se perdió, ni fue extraviado, ¿lo robaron, o no?».

 

Acevedo: “No, pero se las pueden haber robado, quitado, sacado”.

 

Cárcamo: “Con el correr del tiempo, ¿se pasa ese dolor?”

 

Acevedo: “Sí. Yo pasé una vergüenza. Fue una vergüenza. Una violación a mi intimidad. Pero yo estoy completamente tranquila. Mi paz interior es inmensa. Estoy más feliz que nunca, eso tienen que saberlo. Eso me deja contenta, no así la persona que lo hizo. Creo que llega un minuto en nuestras vidas que uno mira para atrás y dice ‘¿qué hice bien?, ¿qué no hice bien? O si traté de hacerlo bien o no’”.