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El sentido relato de Gonzalo Valenzuela por la muerte de sus padres y un hermano

Autor: admin_copesa / 18 junio, 2015

Gonzalo Valenzuela recibió tres fuertes golpes cuando era muy joven. El primero fue la muerte de su hermano querido, cuando cursaba cuarto medio. El segundo y tercero fue la muerte de su padre y su madre, a los 23 años.

 

La triste historia es conocida, pero esta vez el protagonista de la exitosa comedia Papá a la Deriva, en Mega, habló como nunca de estas partidas que lo marcaron –MIRE AQUI EL VIDEO-. En una entrevista con Alvaro Escobar en el late Más Vale Tarde, el actor entregó el siguiente relato:

 

“Soy un agradecido profundamente de haber elegido esta carrera… Fue mi vocación. Empecé desde chiquitito, en el colegio, y estaba mi hermano mayor, que era el Nano, que era actor. (Falleció) En un accidente casero. Entonces, lo tuve siempre muy cercano este mundo.

 

“El Nano era compañero de la Antonia Zegers, de la Moira Miller, del Vasco Moulian. Estaban en la escuela de Gustavo Meza y yo los veía a ellos que tenían como una pequeña familia y se llamaban Los Flores, porque se regalaban flores constantemente. Yo, pendejo, miraba esto y decía ‘qué cosa más linda’, que entre cuatro amigos tengan ese amor. Y a mí me decían ‘el florito’, porque andaba pa todos lados detrás del Nano.

 

“Cuando murió el Nano fue justo el año en que egresé del colegio. Yo quería estudiar teatro, pero mi vieja me pidió por favor que no lo hiciera, porque le venían todos los recuerdos. Así es que me fui a estudiar comunicación audiovisual. Estudié comunicación audiovisual, me fue muy bien y, escondido, hice talleres donde Fernando González, en la noche. Hasta que invité a mi vieja a ver el examen del taller. Mi vieja llegó y no lo podía creer.

 

“Mi mamá fue a verme, imagínate, lloraba como loca. Ella habló con Fernando González y le dijo: ‘Fernando, dime una cosa: Gonzalo, este hueón, ¿puede ser actor?’ Y Fernando le dijo: ‘Sí, y puede ser uno muy bueno’. Y salimos de eso y mi mamá me dijo: ‘Ya, yo te pago la carrera’. Ella en paz.

 

“Mi viejo era muy estricto, y conmigo, no así con las mujeres. Viejo a la antigua. Conmigo era estricto, pero con mi hermana era… Mi papá tenía mucho de eso (de su personaje, Bruno Montt, en Papá a la Deriva), con reglas para todo. A mí me crió que todo lo que yo quisiera lo tenía que ganar. Así es que con promedio arriba de 6,3 en el colegio, ‘lo que usted quiera’, pero con la nota arriba.

 

«El Nano era de otro papá, el Nano era Prado, y mi viejo era así. Y así me ayudó a ser riguroso en la vida. Yo soy muy riguroso. Trabajo y soy bien aplicado, aunque pareciera que no. Y ese fue mi viejo el que me corrigió.

 

“Mi papá, los dos, fallecieron con un mes de diferencia. Fue el 2001, antes de empezar (a grabar la teleserie) Piel Canela, dos semanas antes de empezar. Cáncer a los dos. Le dio cáncer a mi viejo, y cuando mi mamá se enteró de que mi papá tenía cáncer, le dio cáncer a ella. Dentro de lo malo, fue seis meses y murió mi viejo, y después, al mes, mi mamá.

 

“Era parte de uno. Había algunos, los más cercanos, que estaban ahí. Willy Semler fue un tipo que me ayudó mucho en esa época. No (alcanzaron a ver Piel Canela), solamente me vieron actuar en Sinvergüenza (la obra teatral que dio a conocer a Valenzuela). Fue lo único que vieron.

 

«Por eso para mí los estrenos de todo son momentos muy especiales, muy particulares, porque esta alegría del estreno se mezcla con esta tristeza de regalárselo a alguien que nunca me vieron. Entonces, siempre quedo… Yo creo que sí (que lo acompañan).

 

“(Su hijo) Silvestre sí, está con la idea del cielo. Fue cuando… Tanta tragedia por la chucha… Fue cuando murió Ringo, mi hijo, ahí entendió el cielo. Ahora hace poco se me murió mi perro, Alí, un perro que tuve durante 15 años, y Silvestre lo extraña muchísimo, y ‘está en el cielo’…

 

“Con Silvestre vi una película mexicana, El Libro de la Vida, de monitos, de Guillermo del Toro, y la encontré maravillosa, porque ahí representa la muerte de una manera maravillosa: Que mientras uno recuerde a sus muertos, van a estar en un lugar de luz, en un lugar donde ellos van a estar bien. Cuando los olvidas, pasan a ser almas en pena. Por eso es muy  importante que estén siempre presentes, y para mí están siempre presentes».