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FOTOS! Los mejor y peor vestidos de la gran fiesta de amor de Pampita y Benja Vicuña

Autor: admin_copesa / 6 junio, 2015

Pampita sacando chispas en los finos pisos de la mansión del hotel Four Seasons de Buenos Aires, mientras Benjamín Vicuña conversaba en la terraza con la estrella mexicana del cine Gael García Bernal, con el chileno Gonzalo Valenzuela y otros de sus amigotes.

 

Esta fue la escena que se vivió durante la madrugada del sábado en la gran-fiesta-gran que la modelo argentina organizó a su estilo para celebrar sus diez años de amor con el actor chileno –MIRE AQUÍ LA GALERIA CON LOS MEJOR Y PEOR VESTIDOS DEL FESTEJO-.

 

Pampita pidió a los cerca de 200 convidados que vistieran de blanco y negro, mientras que ellas sorprendió con un vaporoso diseño en seda tono rojo escarlata. El modisto transandino Fabián Zitta estuvo un mes trabajando en el modelito junto a la maniquí. En tanto, Vicuña estaba más relajado, de camisa, pantalón y corbata, pero con chaqueta de cuero.

 

La prensa de farándula se dio un festín con la alfombra roja por donde pasó el escuadrón de invitados chilenos y figuras argentinas. María Alberó llegó convertida en una vampiresa con su traje de Matías Hernán. La rubia contaba, junto a Bam Bam Zamorano, que son súper íntimos de los novios y que Iván será el padrino de Benicio, el menor de los tres hijos de Pampita y Vicuña.

 

Gonzalo Valenzuela apareció sólo y no quiso hablar con los reporteros. Mariana Loyola se mostró con un vestido Ralph Lauren. Diego Muñoz estaba con su novia eterna. Cata Pulido matadora, con un vestido corto estilo Versus de Versace, iba del brazo de Cristóbal Millar. Ana Sol Romero optó por un modelo corto y se tomó selfies con Douglas. Valeria Mazza arribó con su marido, igual que Florencia de la V.

 

La pareja apareció con sus tres hijos, muy lindos con sus ternitos. Primer Plano realizó un despacho en vivo, desde la alfombra roja –VEA ACA EL VIDEO– y el diario La Nación publica una estupenda selección de fotos -ENTRE AQUI-.

 

Vicuña dio sólo un par de notas a las cámaras televisivas. Pampita posó, habló, mostró el vestido y su felicidad por un largo rato. Luego, en los lujosos salones del hotel arrendados especialmente –además reservaron la suite Presidencial, donde incluso se ha alojado Madonna-, el novio repitió que esto no fue un matrimonio, ni siquiera uno simbólico.

 

“Esto no es ningún casamiento, ni boda simbólica, simplemente es un gesto de amor y de cariño hacia las personas que nos acompañado en estos diez años”, dijo el chileno ante sus amigos. Los dos bares abiertos estuvieron a tope y los mozos servían en bandejas de plata un menú de ceviches, paella, pastrami, mariscos y sopa de calabaza.

 

Hubo una fiesta electrónica con los típicos tipos disfrazados de robot con hartas luces. Pampita prefirió disfrutar de los ritmos tropicales, como la bailanta, con sus amiguis, mientras Vicuña se quedó conversando hasta el amanecer con sus compadres.