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La pena de amor que hundió a Bonvallet

Autor: admin_copesa / 24 septiembre, 2015

Su vida no solo giró en torno al fútbol. Eduardo Bonvallet sufrió por amor. El comentarista deportivo se había separado hace un año de la periodista María Victoria Laimus, su última mujer, con quien tuvo tres hijos. Un drama que lo marcó fuertemente en el último tiempo. Al final se fue de la casa y terminó viviendo en el hotel Los Nogales, donde fue hallado sin vida –TCONOZCA AQUI TODOS LA INFORMACION SOBRE LA MUERTE DE BONVALLET–

 

Su hija Daniela, en entrevista con Álvaro Escobar en Radio La Clave, reveló la crisis que debió soportar tras la separación. Bonvallet tenía la esperanza de volver, pero Laimus había tomado una decisión definitiva. “No lo quería como pareja de vuelta. No estaba enamorada de él… Para él era tremendo, tremendo, tremendo”, confesó. Esta es parte de la entrevista:

 

Daniela Bonvallet: “La separación no la pudo superar…”

 

Álvaro Escobar: “¿Cuándo se separó?”

 

Daniela: “Hace un año, desde que vivía acá. Pero él siempre pensó que iba a volver. Hasta que supo que no había vuelta atrás. Y ahí perdió el… No sé…”

 

Escobar: “Separación con toda la dinámica de una…”

 

Daniela: “No. Nunca firmaron un papel ni nada”

 

Escobar: “Cuando hay niños involucrados, también. Se supone que uno hace foco en los niños también. Y uno espera como madre, padre, que eso nunca se altere”

 

Daniela: “Ninguno de los dos lo hizo nunca. Yo se los pedí. ‘Vayan, firmen un papel, fijen una pensión’. Mi papá también tiene que comprarse un departamentito donde vivir. No. Nunca. El trabajaba, iba y daba su platita. Por eso te digo que para mi papá era bueno vivir acá”

 

Escobar: “¿Podía verlos sin ningún tipo de problemas?”

 

Daniela: “Lo que pasa es que son problemas que yo no quiero hablar de ella ¿Me entendí? Son problemas que cuando se pelean, se dicen cosas, que yo entiendo que cuando dos parejas se pelean. Más el carácter de mi padre, más el carácter de ella, que no es una mujer sumisa, dócil.  También es contestadora.

 

«Quedaba la embarrada entre ellos peleando. Se decían cosas tremendas. Y no pararon nunca, nunca, porque… Yo soy separada, pero nunca he peleado. Pero ellos se alimentaban de esto, de esto, de esto. Y no hubo caso. No hubo caso a que llegaran a un acuerdo y se tranquilizaran, ninguno de los dos”

 

Escobar: “Él tenía la esperanza de que podían volver”

 

Daniela: “Siempre”

 

Escobar: “Y la desesperanza, que hacía mención siempre, que se da cuenta en un momento de que no ¿Eso fue hace cuánto tiempo atrás?”

 

Daniela: “Un mes, cuando empezó todo este caos. Un mes”

 

Escobar: “Yo no sé mucho de la depresión endógena… Y ese pronóstico no ayuda para nada a una depresión”

 

Daniela: “Le dolía mucho, mucho, mucho, mucho, en el alma”

 

Escobar: “Cuesta entender, además. Da la sensación de que es injusto, que ha querido rearmar su familia de nuevo. Quería darse esa oportunidad de nuevo. Y esto que tú dices, que no tolera, que es la injusticia, la mentira. Probablemente tiene que haber habido una dosis de intolerancia a eso”.

 

Daniela: “Me decía ‘pero si yo lo he dado todo por ellos. Ellos son mi familia. Es mi casita. Es mi vida ¿Por qué yo no puedo estar con mi familia? ¿Por qué? Yo lo único que quiero es estar allá. Si yo la quiero. Por qué me dejó de querer. Nunca me quiso’.

 

«Y yo: ‘Papá, sí te quería, pero pasan problemas, son problemas de carácter. No ha pasado nada. Tiremos para arriba. No vas a estar llorando por una mujer, si la gente se separa. Me costaba entender su dolor. ‘Pero si yo la amaba. Por qué me dejó de querer. Nunca me quiso. Será porque me puse viejo, me dio cáncer’, y no sé qué. Se cuestionaba mucho, mucho, mucho, mucho. ‘Yo quiero estar con mis hijitos. Por qué no me quiere, por qué no me quiere’.

 

“Cuando él supo que ella no lo quería y que no había posibilidades de dar vuelta atrás… En el fondo, yo sé que ella lo quiere. No lo quería como pareja de vuelta. No estaba enamorada de él. Y me decía ‘qué hice mal, si ella me conoció así, con este carácter, ¿por qué’, ¿por qué?’. Y yo le decía ‘papi, dale para adelante, si no te ha pasado nada tan tremendo. La gente se separa’. Pero para él era tremendo, tremendo, tremendo. Fue tremendo. Fue tremendo…”

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