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La sorprendente regresión de Katty Kowaleczko: Fue hombre y peón en el campo

Autor: admin_copesa / 16 octubre, 2015

Fueron esclavos o enfermeras en la Segunda Guerra Mundial. Nadie ha tenido una vida pasada de príncipe en El Regreso, en Mega. Ahora, en la sección que hace el sicólogo y diplomado en hipnoterapia Oscar Mura en Mucho Gusto, fue el turno de Katty Kowaleczko –MIRE AQUI EL VIDEO-.

 

Y la querida actriz tampoco lo pasó tan bien en la vida pasada a la cual le hizo regresar Mura. Kowaleczko fue hombre, un peón en los campos de la Irlanda del siglo XV.

 

Su nombre era Hugo. Por lo dicho, Hugo pertenecía a una numerosa familia, muy humilde, donde el padre trataba a sus hijos como esclavos y, además, los regalaba. Esto fue lo que dijo Kowaleczko durante la regresión a la que se sometió en el matinal de Mega:

 

 

 

Oscar Mura: “Eres hombre o mujer”


Katty Kowaleczko: “Hombre”

 

Mura: “¿Cuál es tu nombre en esa vida?”

 

Kowaleczko: “Hugo”

 

Mura: “Te voy a pedir que nos lleves a un suceso, a un acontecimiento importante de esa vida”


Kowaleczko: “A mi hermano se lo llevan”

 

Mura: “¿Dónde se lo llevan?”

 

Kowaleczko: “Una familia”

 

Mura: “¿Qué edad tienes?”


Kowaleczko: “Ocho. Mi papá lo entregó. No lo vamos a ver más”


Mura: “¿Quiénes están ahí, a tu alrededor, en este momento?”


Kowaleczko: “Mi papá, mi mamá, mis hermanos”


Mura: “¿Cuántos hermanos tienes?”

 

Kowaleczko: “Siete”


Mura: “Ve si hay alguien que reconozcas de tu vida actual”

 

Kowaleczko: “No… Mi hermana chica llora, a mi papá no le importa, mi mamá tampoco. Me da miedo que me regalen a mí. No me quiero ir… Nos mandan a trabajar, mi papá tiene un rebaño”

 

Mura: “¿Qué animales son?”

 

Kowaleczko: Ovejas… Invito a mi hermana pequeña. No quiero sacar papas y no hay que romper las papas, porque nos retan. Hay que sacudirla, así se pasa la pena”

 

Mura: “Vayamos a otro momento importante de esa vida ¿qué edad tienes?”

 

 Kowaleczko: “18”

 

 Mura: “Quiero que te describas físicamente”

 

Kowaleczko: “Tengo las manos grandes, no son muy limpias, son ásperas, soy delgado. No me afeito, no me corto el pelo y no me importa, estoy en la casa. Mi papá se está muriendo. Mi mamá ya no está”

 

Mura: “¿Qué es lo que haces ahí con tu padre? ¿Hay alguna conversación pendiente?”

 

Kowaleczko: “Estoy esperando que se muera, que hagan el entierro”

 

Mura: “Aprovecha ese instante, antes de que él muera, para ver si hay algo que quieras decirle de esa vida”

 

Kowaleczko: “Viejo porfiado, nunca entendió, no éramos soldados. No éramos peones, eramos los hijos. Mi obligación es enterrarlo cuando se muera, ahí me quedaré tranquilo”

 

Mura: “¿No hay ningún otro de tus hermanos por ahí?”

 

Kowaleczko: “Se fueron todos. Era mi rol. No sé por qué yo tendría que quedarme con ellos”

 

Mura: “Te voy a pedir que avances en edad en esa vida”

 

Kowaleczko: “Estoy en mi casa, tengo 50. Tengo un perro blanco, es mi compañero. Estoy sentada a fuera de la casa, mirando el entorno”

 

Mura: “¿Qué te gustaría decirte a quien tú eras en esa vida?”

 

Kowaleczko: “La vida hay que vivirla tranquilito. Hay que detenerse a vivirla”.

 

Mura: “¿Qué te gustaría decirte a ti, de esa vida a esta?”

 

Kowaleczko: “Hay que hacerlo, hay que aprender a vivir solo y en paz”

 

Mura: “¿Qué aprendiste, qué lograste en esa vida que sea de ayuda en tu vida actual?”

 

Kowaleczko: “La gente es complicada. Las personas son envidiosas, son traicioneras, hay que alejarse de ellos”

 

Mura: “Ahora quiero que te acerques a quien tú eras en esa vida y abraza a quien tú eras en esa vida”

 

Kowaleczko: “Estoy abrazando. Lo siento feliz por el encuentro”

 

Mura: “Cuál fue el año que falleciste en esa vida”

 

Kowaleczko: “1438”

 

Mura: “¿Dónde fue? Deja que un nombre llegue a ti, ¿dónde fue?”

 

Kowaleczko: “Irlanda”.