El día más dramático de Nacho Gutiérrez en Chilevisión
Nacho Gutiérrez ya estaba medio decaído. Los días estresantes del Festival de Viña, con mañanas de pelea por el rating y noches frías en la Quinta Vergara, lo dejaron débil. Además se murió su perrita Helena, compañera fiel, víctima de un cáncer cerebral. Por eso regresó a Santiago con las defensas bajas, sin fuerzas para resistir otro golpe. Y el mazazo que le dieron en Chilevisión lo derrumbó.
El hombre que puede trabajar de lunes a domingo, el rostro del canal privado que “junta más horas al aire”, como aseguró una vez su amiga Fran García-Huidobro, tuvo una reunión. Se enteró que la estación planeaba poner a Rafael Araneda en La Mañana. Y Nacho sintió la amarga sensación de la desilusión.
En los pasillos del canal de Inés Matte Urrejola y entre los más cercanos al periodista relatan más detalles. Aseguran que los jefes también le hablaron de cierto aspecto de su imagen pública por el que no estaría bien evaluado en los focus group. Este punto tocó la fibra del conductor de Constitución y no aguantó. Fue mucho. Se molestó.
Salió enojado y afirmó a todos sus cercanos, incluido su representante, que adiós Chilevisión. Que se va, que parte con el corazón en la mano. Abandonó el WhatsApp grupal y se despidió de algunos colegas.
A niveles altos de la señal saben que Nacho está molesto. Entienden que no es fácil aceptar que la llegada de Rafael Araneda a La Mañana. Sin embargo, cuentan que no hay renuncia oficial, que el contrato de Gutiérrez es por un año más. Y no es llegar e irse. Hay claúsulas e importantes cifras escritas. Todo se resolvería el martes, en una reunión definitiva.
Por ahora sale de pantalla. El lunes no estaría en su puesto, temprano y con el café en la mano, celebrando los comentarios de Carola de Moras y las bromas de los panelistas. Nacho tiene que meditar una decisión trascendental. Mientras, en Chilevisión aplazan el arribo del Rafa al matinal. Para que no se vea involucrado en tamaño escándalo.