La sincera confesión de Carola de Moras
Pocas veces se da dado más rápidamente un ascenso hasta lo más alto de la televisión y la caída más inmediata y más dolorosa, como le ocurrió a Carola de Moras.
En 2010 entró al matinal de TVN a hacer una pequeña sección de datos. A las semanas estaba en las portadas como la gran revelación de la pantalla chica.
Unas pocas semanas más y en el canal público le ofrecieron la conducción del entonces Buenos Días a Todos, en reemplazo de Kathy Salosny, a quien los ejecutivos sacaron del programa. Pero debido al mal manejo comunicacional de los jefes de TVN, los televidentes se hicieron la idea de que la salida de Salosny fue una traición de Felipe Camiroaga.
El público solidarizó con una Salosny supuestamente víctima y castigó a los supuestos victimarios, el inolvidable Halcón de Chicureo y Carolina. Al primero lo pifiaron en la entrega del Copihue de Oro y a De Moras se le vino una ola de fuertes críticas por todo lo que hacía. También comenzaron a tratarla de manera diferente los jefes del Buenos Días a Todos.
La actual anfitriona del Festival de Viña y del matinal de Chilevisión vivió el peor momento de su vida, porque además su padre estaba agonizando. Quedó muy golpeada y ahora reconoce que lo que la mala onda que se vino sobre ella en ese período fue violencia de género.
La conductora se refiere ampliamente al tema del maltrato a las mujeres. Es una muy activa participante de la campaña Ni Una Menos y se explaya sincera y largamente en una entrevista en la revista Ya -MIRE AQUI LA ENTREVISTA COMPLETA-. Estas son algunas de sus expresiones para referirse a ese violento 2011:
«A ver, entendamos también qué tipo de violencia. No es que me agarraron de las mechas y me tiraron por la escalera para abajo. Esta una violencia del alma, que es más que sicológica, porque es una violencia que te inseguriza como persona, te hace cuestionarte quién eres en realidad»
¿Diría que fue violencia de género?
«A mí me tocó violencia de género, por supuesto, pero no me lo tomé en lo personal. Creo que fui súper sana, tuve buena contención familiar, en mi equipo, con Felipe Camiroaga, y entendí que no era yo el problema, que yo no era una manzana podrida en el canasto. Luego entendí por qué pasó: Fue porque era un programa muy exitoso, imbatible hasta entonces, y este enredo abría un flanco para darle».