Pancho Saavedra más extremo y arriesgado que nunca!
Pancho Saavedra es la figura en ascenso de la televisión. Un rostro querídismo por el público. Y a pesar de lo bien que le ha ido, en la nueva temporada de Lugares Que Hablan, que va los sábados a las 22.30 horas, está igual de humilde, esforzado y simpático –MIRE AQUI EL VIDEO PROMOCIONAL-.
El animador de Canal 13 recorre en este ciclo desde Juan Fernández a Futaleufú –VEA ACA LA GALERIA DE FOTOS-. Se emociona y se ríe con la gente y ellos se sensibilizan y lo pasan estupendo con el conductor. Los paisajes son una maravilla y las vivencias del hombre de la risa contagiosa son más extremas, arriesgadas y a veces más cómicas. Esto es lo que cuenta Saavedra a Glamorama:
Pancho Saavedra: “El programa está mucho más extremo. Donde hay un chileno, nosotros llegamos, sin importar cómo. En auto, bus, camioneta 4×4, en caballo, en carreta, en avioneta, en todo. Dimos un salto que es bien importante, pero nunca perdiendo la esencia que es la sencillez.
“Podemos mejorar las cámaras, tener un poco más de recursos. Pero lo importante de este programa es que es sencillo, que no está lleno de adornos y la gente valora porque se cuentan las historias de las personas que hacen el Chile real.
“Para el Estado chileno, para los medios de comunicación, lamentablemente Santiago es Chile. Pero Santiago no es Chile. Nosotros mostramos las historias de verdad. No solamente mostramos un plato de comida o una picada turística. Mostramos a la gente, que eso es lo importante, el tesoro y el valor de esto. Con sus penas, alegrías, con las injusticias. Con momentos de reflexión, con momentos de humor, con risa, con llanto.
“Nos pegamos una crecida súper importante. El año pasado fue el programa cultural más visto de la televisión chilena y tremendamente bien evaluado. Y este año nos pusimos más extremos. Nos fuimos a acampar a Codegua, cuatro días a la punta de la Cordillera con un grupo de campesinos y vientos que casi nos botaban, que casi botaban los caballos.
“Fuimos al Archipiélago de Juan Fernández, que fue impresionante, porque no sabíamos, por las condiciones climáticas, cuando podíamos entrar y cuando podíamos salir. Hemos estado en Futaleufú, Chaitén. Uno ama profundamente Chile, ama a su gente, y Chile es un país contento pero sufrido, como me dijo un día una persona. Es un Chile que te duele. Es un Chile donde te duele llegar a una isla donde hay dos personas. Te duele a ti, a mí, porque yo siempre he tenido la posibilidad de tener agua y alcantarilla. Y cuando hay alguien que no tiene alcantarilla y no tiene agua, te duele por lo injusto.
«Eso es lo que nosotros mostramos, que hay gente que a pesar de tanta carencia, a pesar de ser ignorada muchas veces por las autoridades, ahí están, felices enfrentando la vida. Con una humildad, con una tranquilidad, con una paz, que cualquiera de nosotros la quisiera. A veces uno dice ‘chuta, ¿vale la pena sacarse tanto la cresta?’. Es heavy.
«Se viene una temporada mágica. Son 30 capítulos. Yo he grabado 15. Me faltan 15 por hacer. Lo importante es llegar a conocer las historias de esas personas. Que te reciben con un amor que tú quedai pah adentro. O sea, nadie te recibe así en la vida. Y eso te obliga a tomar tres veces desayuno, a comer cuatro veces al almuerzo. Y nada. Yo llego a Santiago y me pongo a dieta. Pero allá gozo, me divierto, disfruto.
“En el momento a lo mejor estoy cansado, porque las condiciones son extremas. Pero cuando un grupo de mapuches te permite participar en ceremonias que no han sido nunca televisadas, cuando la gente en Juan Fernández te da las gracias porque no fuiste a Juan Fernández por el tema del accidente que tuvo la gente del Buenos Días a Todos, sino que vas porque quieres saber de ellos… Y te dicen ‘gracias por venir, porque nos dolió mucho cuando la prensa nos catalogó de la isla maldita, y hoy día que ustedes vengan y finalmente a hablar de nosotros, por Dios que se hace justicia’. Cuando la gente te dice eso, pucha, de verdad que uno dice ‘vamos por el camino correcto, cabros”.