Impresentables dichos de la doctora Cordero sobre joven golpeada por cantante de Los Tetas: «Se calienta cuando le pegan”
“Mórbido. Es una relación torcida sadomasoquista. Ella se calienta cuando le pegan. Perdona que te lo diga así en crudo, pero me cuesta entender. No le quiero poner ningún adorno. Y él cuenta, en su defensa, que ella se autoagrede».
Estos son parte de los dichos de María Luisa Cordero sobre Valentina Henríquez, la joven que denunció reiteradas golpizas de su ex pololo, el cantante de Los Tetas Camilo Castaldi, más conocido como Tea Time, durante el año y medio que duró la relación.
El músico fue formalizado por lesiones menos graves y tiene prohibición de acercarse a menos de 200 metros a la joven universaitaria de 23 años. La denuncia de Valentina, a través de un extenso relato con lujo de detalles y fotos en Facebook, se transformó en tema país. El hecho ha sido condenado desde todos los sectores.
En tanto, la siquiatra y panelista de Primer Plano, emitió la opinión más dura que ha surgido hasta el momento, en su tribuna en radio El Conquistador. En Twitter el apellido de la médico figura en el ranking de lo más comentado del día, debido a estas palabras, que hoy dio a conocer en televisión Intrusos –MIRE AQUI EL VIDEO-:
María Luis Cordero: “Arriesgando que que me den como bombo en fiesta las feministas fanáticas, ella cuenta, entre la ‘horrendeses’ que cuenta, que hasta los amigos de él le pegaban a ella. ¿Y ella seguía metida ahí?
“Ella tiene un trastorno limítrofe de la personalidad y tiene un lado sadomasoquista esa muchacha. Le gustaba el combo. No sé si te conté a ti, pero lo voy a volver a contar: Yo he hecho un policlínico de pacientes maltratadas en el siquiátrico. Y como el 60 % me reconocía que, después que le daban la pateadura, el sexo era mejor. Mórbido.
«Es una relación torcida sadomasoquista. Ella se calienta cuando le pegan. Perdona que te lo diga así en crudo, pero me cuesta entender. No le quiero poner ningún adorno. Y él cuenta, en su defensa, que ella se autoagrede.
“Uno de los conserjes de allí, en el barrio Mapocho, decía ‘oye, no seas tan alharaca, no grites tanto’. Le gustaba el escándalo, hinchar la pelota. Y eso que contó que, amigos de él, le habían pegado. O sea, ¿eran swinger que se pegaban?
“No, si es muy mórbido. Y ella, típico, ‘tuve que dejar de estudiar’. Señora, mamá de la muchacha, deje de pagar. No sé si estará en un instituto o universidad. Señora, le están tomando el pelo. Y él falopero, drogadicto descontrolado. Y ella sadomasoquista y le gusta establecer relaciones tóxicas.
“Hay que mandar a tratamiento a los dos. Esa cuestión de ‘no se le acerque a 100 metros’, ¡por favor! ¿No les da vergüenza a los que inventaron esa cuestión? ¡¿Ah?! Por favor, es una tomadura de pelo».