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Jean Philippe Cretton se sinceró en La Mañana. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / CHV

Jean Philippe Cretton conmovido: «Los niños no deben morir»

Autor: C. Z. / 9 febrero, 2018

Hay temas que se toman muy en serio en los matinales. Uno de ellos es la muerte. Este viernes, en La Mañana de Chilevisión, hablaron sobre el caso de Paula Díaz, una mujer de 19 años que sufre hace cuatro años una enfermedad que no ha podido ser diagnosticada, la que le produce intensos dolores y deformaciones en todo su cuerpo.

Debido a esto, ella y su familia han apuntado a la Presidenta Michelle Bachelet para que la visite, vea su cruda realidad y evalúe la eutanasia como solución final a su calvario. –LEA TODOS LOS DETALLES EN ESTA NOTA DE LA HORA–

Su petitorio reactivó el debate sobre la eutanasia en Chile. El tema lo discutieron en el panel del matinal de CHV. Cada uno entregó su visión. Jean Philippe Cretton conmovió con una profunda reflexión sobre la muerte.

El conductor contó el caso de una sobrina que murió hace un tiempo. Ante esto, entregó su visión de cómo abordar la muerte especialmente en el caso de los niños. Mire su relato:

Jean Philippe Cretton: “Culturalmente, especialmente en occidente, se le hace mucho el quite a la muerte. Todavía en Latinoamérica somos muy católicos. Entonces, siempre está esta visión del paraíso donde siempre está mejor todo.

“A mí me pasaba la otra vez cuando lamentablemente sufrí la muerte de la hija de mi prima a muy temprana edad por un cáncer. Una niña chiquitita. Y surgen de inmediato estas voces que dicen que ‘era un angelito que Dios necesitaba en el cielo’. ¡Puta, no poh, weón! No. Era una niña que merecía vivir y pasarlo bien. Merecía jugar. Merecía crecer. Merecía definir su identidad. ¿Por qué viene la visión, a mi juicio, infantil que el catolicismo ha instalado como de que todo va a estar bien? A veces la muerte e injusta y hay que asumirla como una muerte injusta.

“No todas las muertes son buenas. No todas las muertes son placenteras. No todas las muertes son para llegar a un lugar mejor. Hay muertes que son injustas y hay que vivirlas como tal. Hay que vivir ese duelo. Hay que masticarlo. Y cuando logras masticar y entender esa injusticia, asimilarla, porque repartir y recomenzar tu vida. Pero uno no puede quedarse.

“A mí me llamaba la atención, porque mi prima, su mamá, también lo reflexionó de la misma manera. O quizás la familia completa. Una familia, por parte de ellos, súper católica. Fue una muerte injusta y había que vivirla como tal. Hay que vivir el duelo de esa manera. No son angelitos que Dios está pidiendo. Yo encuentro que los niños no deben morir”.