Glamorama
Alfredo Lamadrid tiene 74 años. Apareció en Mentiras Verdaderas como conductor provisorio antes de la llegada de Eduardo Fuentes. IMAGEN: LA RED

La particular confesión de Alfredo Lamadrid sobre la marihuana en medio de lucha contra el cáncer

Autor: C. Z. / 13 febrero, 2018

Hace 12 años, Alfredo Lamadrid vivió uno de los momentos más difíciles de su vida. Ese año le detectaron un cáncer al colón. El conductor tuvo que realizarse a una operación para extirpar el tumor y luego debió someterse a un intenso tratamiento con quimioterapia.

Lamadrid, de 74 años, logró superar el cáncer. Y a más de una década de ese episodio, realizó una sorpresiva confesión sobre lo que debió hacer para apaciguar los dolores tras el duro tratamiento.

Este martes Alfredo apareció en Mentiras Verdaderas como animador provisorio tras la salida de Ignacio Franzani. Y fue en el espacio donde reveló que usó marihuana para aliviar los dolores que le producían las quimioterapias.

La confesión la hizo luego que la Doctora Cordero, invitada al programa, realizara una dura crítica al uso medicinal de la cannabis promovida por diversas organizaciones, entre ella la Fundación Daya, dirigida por la actriz Ana María Gazmuri. Mire el diálogo:

Doctora Cordero: “El que le llama (consumo) recreacional es muy hipócrita. El tipo que quiera fumar marihuana, por favor, después de los 25 años, porque por debajo de los 25 años hay inmadurez emocional. Cuando uno fuma con el cerebro inmaduro, termina enfermo mental y loco. ¿Y dónde se va el daño que hace la marihuana? Y que escuche bien al señora Gazmuri, la principal propagandista de este horror. ‘Ay, la Fundación Daya’. Se produce una alteración en la falta de voluntad personal y la falta de ímpetu vital. ¿Por qué estos marihuaneros se van a 400 mil carreras y no terminan ninguna?”

Alfredo Lamadrid: “¿Le puedo contar algo?”

Cordero: “Ajá”

Lamadrid: “Yo tuve un cáncer al colon”

Cordero: “Recé mucho para que se mejorara”

Lamadrid: “Muchas gracias. Felizmente estamos fuera de peligro y dados de alta. Pero me habían comentado esto. Me tuve que someter a estas quimioterapias. Y le pregunté al doctor, después de la segunda quimoterapia que me hacía muy mal, ‘doctor, me han comentado, disculpe mi ignorancia, me han comentado que hace bien fumar marihuana, se me quita… Perdone mi ignorancia, no sé i tiene menos efectos la quimioterapia si uno fuma un pito de marihuana alñ llegar a casa’, porque era ambulatoria. Y él me dijo ‘si es así’.

“Y me dio una explicación técnica que yo no podría repetir, porque no soy experto en la materia. Entonces de ahí tengo ciertas dudas si no hace bien esto del cannabis, como lo llamamos, pata algunas enfermedades. Perdone, le voy a concluir, perdone que use la palabra, pero le voy a concluir señalando que esta persona que hablamos en principio, Paula Díaz, lo único que la tranquiliza un poco es cuando le refriegan aceite de cannabis que le dio la Fundación Daya. Quería que me explicara eso”

Cordero: “Claro, el cannabis es una droga que no es un analgésico en el sentido estricto. No lo es. Es, al igual que la codeína y los opiáceos, una droga que le modifica adentro de sus receptores cerebrales del dolor la experiencia del dolor. Le deja de importar el dolor. No le quita el dolor en el colon y la quimioterapia, que le inflamó el cerebro y el cuerpo. Lo deja a usted tal Pancho. No siente, pero no es un analgésico”

Lamadrid: “Pero yo le quiero contar que…”

Cordero: “Usted es mayor. Y yo le podría decir que el temblor que le apareció después en la mano ¿no fue después de los pitos?”

Lamadrid: “A lo mejor. Pero no el terminé el cuento. Yo fumé después de la primera vez que el doctor me dijo. Y me cayó muy mal”

Cordero: “Con ganas de vomitar y de ir al baño”

Lamadrid: “Y no lo volví a hacer”

Cordero: “Ya poh, qué bueno que lo cuente, porque yo le podría decir que, en vez de fumarse un pito, le podía haber dado una receta para que se tome un frasco de codeína. Y habría quedado así, entre San Juan y Mendoza y sin tos”

Lamadrid: “Pero hubiera sido más claro que el doctor que me había tratado me hubiera dado esa posibilidad. Era un gran doctor”

Cordero: “¿Y qué tiene que ver? Salió en la tele”

Lamadrid: “No, al contrario. No ha salido nunca en la tele… Es que yo soy un apciente y a mí me tendrían que decir”

Cordero: “Si a usted le duele y le molesta, le habría dado codeína, un jarabe para la tos”

Lamadrid: “No sé, puede ser, uno habla de ignorante. No sé nada de medicina. Pero ojalá no vuelva a tener lo mismo, para no tener que…”.