El matrimonio del ministro Cristián Monckeberg y la diputada Paulina Núñez con la banda rockera de Luciano Cruz-Coke
El ministro de Vivienda y Urbanismo Cristián Monckeberg ayer tuvo una celebración doble: Cumplió 50 años y, lo más importante y trascendente, se casó con la diputada Paulina Núñez.
La novia de 35 años llegó con un vestido de corte sin complicaciones y primaveral y con un ramo de calas a la galería de arte Patricia Ready, en Vitacura, donde se efectuó la ceremonia por el Civil y festejo.
La lista de invitados contó con numerosos personeros y rostros de la política, encabezados, según cuenta hoy el diario LUN, por el presidente Sebastián Piñera y la Primera Dama, Cecilia Morel.
En fotos publicadas por algunos invitados en Instagram también figuran personalidades como la ministra Secretaria General de Gobierno Cecilia Pérez, quien lucía un sentador vestido azul petróleo con detalles tipo hindú, o la diputada Marcela Sabat, de traje corto y negro de tela tipo lentejuelas.
Otros presentes subieron a Instagram breves videos –VEA ACA UNO DE ELLOS– de la principal atracción de la fiesta: la actuación del grupo roquero Los Incumbentes, que lideran los diputados Luciano Cruz-Coke y Gonzalo Fuenzalida, quienes tocaron covers de temas clásicos de los años ’80 de grupos como Los Enanitos Verdes o Bryan Adams.
Hace unos días revista Paula entrevistó a Monckeberg, a quien le consultaron por este segundo matrimonio, con Paulina, cuya historia comenzó porque eran colegas de partido en RN:
«Cuando te apasiona un tema, claro que ayuda. Y, por lo tanto, si una persona llega a las 12 de la noche un día, no es porque ande carreteando, sino porque había una reunión y había un grupo de dirigentes que tenía que conversar contigo y había un comité de vivienda o porque había una reunión en tu zona, en Antofagasta. El otro lo comprende.
!Para otras personas es más incomprensible. Me pasa mucho con personas, mujeres y hombres, que nosotros los invitamos a ser parte de la actividad política y nos decían que su señora o su marido no les daban permiso. Entendible y legítimo, no lo hacían porque no entendían este mundo».