“‘El desagradable de la tele’”: Mauricio Jürgensen reveló incómodo episodio que vivió en un mall del «barrio alto»
Mauricio Jürgensen genera distintas opiniones por su rol de panelista de Bienvenidos. El periodista llegó en junio de 2018 al matinal de Canal. Y varias de sus intervenciones han provocado fuertes críticas, la mayoría achacando su tendencia política de izquierda.
Un ejemplo fue lo que pasó hace unas semanas con Martín Cárcamo por la crisis en Venezuela, donde ambos tuvieron un choque de opiniones que generó un amplio debate en redes sociales. –LEA ACÁ EL TENSO DIÁLOGO ENTRE MARTÍN Y JURGENSEN–
Sin embargo, las críticas también han afectado su vida cotidiana. Este viernes, en Bienvenidos, Mauricio desclasificó lo que ha vivido por sus intervenciones en pantalla. Jürgensen reveló algunos episodios incómodos en público:
Mauricio Jürgensen: “Este episodio fue en un mall, un mall del barrio alto. Se acuerdan cuando al Raquel me dice ‘ay, el comunista de Vitacura’. A todo esto, pensaba que tenía una idea progre de este país, o declararse de izquierda, porque sí yo me siento un gallo de izquierda. Pero no milito en ningún partido, no soy comunista ni ando con una metralleta escondida debajo, como mucha gente puede pensar, esta caricatura que se hacen de uno.
“Sí vivo en Vitacura, sí mis hijos estudian en, probablemente, colegios con ciertos privilegios. Yo lo sé. Pero no creo que tener sensibilidad social esté determinado por el lugar en donde vivo, yo creo. Alguien puede decir que debería tener conciencia social si viviera en una comuna más marginal. Bueno, no sé, pero es un debate que es bien fuerte.
“Me pasó que voy entrando al mall. Fui a buscar una cuestión de canje, más alimento para los troles, y pasa una señora que me mira: ‘Ay, el desagradable de la tele’. Y yo como que mi guata… Dije ‘perdón’. Era una mujer, comillas, pituca, y me dijo ‘te vamos a sacar del 13’. Hay como una cosa de pertenencia geográfica, como si yo estuviera invadiendo un lugar que les pertenece a eta gente.
“Quería sacar, a partir de un episodio muy, una cuestión más sociológica, pero habla harto de como la gente se relaciona. Es como ‘te vamos a sacar’, como invadiendo un lugar que no te pertenece.
“Íbamos al estadio Sausalito con mi hijo, tiene cinco años. Tomás me venían contando una historia. Voy entrando al estadio, domingo, 12 del día, ambiente más familiar, y venía una pareja con un tercero allegado, medio dado a la lengua suelta. Y empezaron a hablar. Decían: ‘Este saco de…’. ‘Si no anduviera con el cabro chico, le pegaría un palpao en la cabeza a este comunista de mi…’. Y yo fui como ‘este soy yo, ¿ah?’, pensé que podrían hablar de otra persona. Y se reían muy fuerte. Ahí me sentí invadido. Como que me tocaron la oreja. Y fue heavy, porque Tomás me venía contando una historia. Fue como mmm… Ahí sentí como algo pesado y la verdad es que me afectó, me quedó dando vueltas.
“Me contaron algo, una niña que administra las cuentas de la Municipalidad de Vitacura. Me contó que todos los días hay alguien que escribe para que yo me vaya de esa comuna. ‘Cómo es posible que ese…’, porque para efectos de eta gente, soy integrante del Partido Comunista, marxista, mato gente. ¿Y cuál es el miedo de declararse de izquierda? Tengo convicciones de izquierda y pido más derecho para los trabajadores y derechos sociales. Pero es eso.
“Pero el día después que esta señora me dijo que era ‘desagradable’, estábamos con Tomás, para que saque las rueditas de su bicicleta, y paró un camión recolector de basura de la comuna de Vitacura, que es la comuna donde yo vivo… Me dicen ‘¡wena, choro!’. Era el chofer. Me dice ‘wena, compadre’, como tirándome onda, el día después del episodio de la señora del mall. Y los cabros estaban recogiendo. ‘¡Wena, compadre!’.
“Igual es mitad y mitad. Hay gente que me tira buena onda, pero bloqueo a la gente que no. ¿Por qué te vas a estar nutriendo de la gente que te tira mala onda? Porque una cosa es que no estén de acuerdo contigo. Y es muy poca la gente que me dice ‘no estoy de acuerdo contigo, a veces eres muy duro, matizas mucho las conversaciones’. Pero hay otras cosas como ‘no vales ninguna bala’, y uno mira el perfil y ve gallos con fotos del dictador. Siento que hay una cosa media…”
Tonka Tomicic: “Trabajar acá viene con un nivel de exposición. Y enfrentarse a eso por añadidura. Te acostumbras. Pero al principio igual es muy chocante”
Jürgensen: “¿Sabes qué me pasó? Estábamos hablando el tema de Venezuela. Y tuvimos acá una magistrada que está exiliada aquí en el país. Es venezolana y bien apasionada. Estaba acá, quise ofrecer un contrapunto, respecto a esta información que salió en el New York Times, que daba cuenta los famosos camiones de Cúcuta no los había quemado Maduro precisamente. Y ese matiz, pensando que está tan álgido el tema de Venezuela, que entrar con matices tampoco sea muy buena idea. Y eso generó una conversación y con Martín (Cárcamo) me dejó como medio offside.
“Y digo, no estoy a favor de Maduro, evidentemente, porque no estoy a favor de las dictaduras, y he criticado al partido, que creen mucho que pertenezco, que es el Comunista, por tener una opinión supera obsecuente sobre lo que pasa allá. Y en ese momento sentí como que se abrió una cloaca virtual y se metió en lugares medios familiares. Fue violento. Esa noche me acosté y le dije a la Carola ‘me siento bauerado, golpeado’”
Tonka: “¿Pensaste, pasó por tu cabeza la posibilidad de salir?”
Jürgensen: “Sí, como que uno dice ‘yo vivía tranquilo’, como dice Juan Gabriel. Hasta que te conocí, maldita televisión”