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Josefina Montané en una imagen tomada de la pantalla de GlamoramaTV en mayo de 2019.

El «plan de parto» de Josefina Montané para tener a su hija menor: «Yo saqué a mi guagua y estuve dos horas con mi guagua acá (haciendo apego)»

Autor: C. Z. / 20 abril, 2020

«Este plan de parto sirve para que te respeten que tú eres mujer y tienes la posibilidad de elegir como quieres parir».

Así argumenta Josefina Montané el plan de parto que aplicó para el nacimiento de su hija Mila, en enero de 2016. Para ello se preparó durante un período importante y con profesionales.

Así lo relató la figura de teleseries Soltera Otra Vez y de otras producciones dramáticas como Amor a la Catalán.

«Pin» Montané fue entrevistada vía web en el programa El Aperitivo, que Jordi Castell trasmite en vivo por Instagram.

Esta fue parte de la conversación sobre el parto de la hija menor de la actriz de 32 años casada con el modelo e ingeniero comercial Darko Peric:

Jordi Castell: “Pude haber leído por ahí que algo hiciste con la placenta de tu hija”

Josefina Montané: “Sí. Yo tuve un parto natural 100%, sin anestesia, en cuclillas. De verdad. Es que me preparé mucho. Entonces estaba preparada para eso. Y tuve a mi hija y lo que me hizo sentido, porque uno pierde mucha sangre, estaba con anemia, como Los Simpsons, amarilla.

“Y lo que más me hizo sentido a mí, para recuperarme, fue comerme un pedacito de este porte (muy pequeño) de placenta en un batido que me tomo todas las mañanas. Y que de hecho mi doula me había dicho ‘la gente lo hace’, y yo dije ‘ni cagando’.

«Pero en el minuto fue lo que sí me hizo sentido para recuperarme. No tenía color en los labios. Y me tomo este batido y fue como ‘¡oh, reviví!’. Fue eso nomás”

Castell: “¿En el minuto del parto?”

Montané: “No, al otro día”

Castell: “Te pasaste”

Montané: “Al otro día en la mañana. Como que desperté media apaleada y fue lo que me ayudó a recuperarme”

Castell: “La cagaste”

Montané: “Claro. Eso lo conté en Vértigo y fue tan divertido. Yo dije ‘sí, me comí la placenta’. Y claro, no conté como había sido. No conté que había sido un pedazo de un centímetro por un centímetro que puse en un batido que me tomaba todas las mañanas.

«Entonces la gente empezó a hacer memes como de Walking Dead, o ‘te invito, hagamos un asado y comamos mi placenta’”

Castell: “‘Quiero entraña de placenta’ (ríe)”

Montané: “Cada uno tiene que hacer lo que le hace sentido y si sabes y conoces el tema. Pero no hacerlo por moda o por choreza o con cualquier persona. Como yo tuve clases, sabía”

Castell: “Es que para allá quiero ir. Tuve la suerte de que mi primer pololo era doctor. Y viste que cuando los doctores estudian medicina hacen pasantías, me llevó a la parte de ginecología. Me llevó a dos partos y vi dos partos. La cagó. Lloré. De hecho, la primera vez que vi un parto lloré de emoción.

“Y como tan valientes, porque las mujeres se rajan, se rajan enteras…”

Montané: “Es que depende. Lo que pasa, entrando a lo más técnico, cuando tú tienes conciencia de los músculos que uno usa para hacer el pujo, para que salga la guagua, cuando uno no tiene anestesia, uno tiene conciencia y puede dirigir la fuerza de cierta manera de que no te rajas. Yo no me rajé. Es direccionar un poco la fuerza”.

Castell: «¿Eso tú lo viviste, el ver a tu hija cuando ya había nacido? Porque esta mujer, nunca me voy a olvidar, decía ‘¡déjenme verla!'»

Montané: «Lo que pasa es que tuve un plan de parto. Escribí mi parto, que son las cosas básicas que yo quería que pasaran para mi parto. Uno era luz tenue, música, puse unos aceititos para que tuvieran rico olor.

«Fue todo súper planeado y había muy pocas personas. Yo en cuclillas. Y a la hora que venía saliendo mi guagua, el doctor me dice ‘ya está saliendo, Pin, sácala’. Y yo saqué a mi guagua.

“Y una de las cosas que yo puse también en mi plan de parto es que yo iba a hacer apego por lo menos dos horas. Entonces yo saqué a mi guagua y estuve dos horas con mi guagua acá, las dos en pelota”

Castell: “Y espérame. ¿Darko estaba?”

Montané: “Darko estaba. De hecho, después de que yo hice apego con la Mila, después fue Darko y después la Colo (Colomba, su otra hija). Entonces era como una especie de ritual solo con las personas que querían que estuvieran ahí.

“Yo estaba así, agarrada de un fierro que había arriba, en cuclillas, y Darko por atrás, haciéndome cariño por la espalda. Como que estábamos los dos ahí pariendo. Y él con sus patas aquí al lado mío.

“Yo tengo muchos amigos de mis papás que nunca entraron al parto. Acá fue todo lo contrario. Darko participó de mi parto”.