Glamorama
Alejandra Herrera en una imagen tomada de la pantalla de Cocina Fusión, en TVN, en abril de 2020.

“Siento una cosa media rara, así como media jugosa… Y yo pensaba ‘¿me está chupando los pies?’”: Alejandra Herrera contó experiencia como “modelo de pies” con un supuesto reflexólogo

Autor: C. Z. / 20 abril, 2020

Este sábado, en Cocina Fusión, la actriz Alejandra Herrera reveló una experiencia de abuso que sufrió hace unos años con una persona que aseguraba ser reflexólogo.

Herrera, de 48 años, contó en el estelar de TVN que esta persona la contactó por redes sociales para ser “modelo de pies” en una sesión de fotos. Luego confesó que el hombre la citó a un parque y se excedió en su trato. Este fue su relato:

Alejandra Herrera: “Hace un tiempo atrás, como cuatro años más o menos, una persona me contactó para hacerme unas fotos de pies por Instagram. ‘Oye, yo tengo un perfil de fotos de pie. Yo hago reflexología. Hago música. Te mando mi material’. Fotos de pies… Modelo de pies.

“Yo recién me estoy enamorando de mis pies, porque en realidad siempre los encontré muy desparramados. Y yo decía’ ah, no, qué vergüenza mis pies. Hay que hacerse la podología para tener lindo los pies’. Y le decía que no, que no, que no. Así pasó harto tiempo, hasta que un día me mandó otro mensaje.

“‘Pucha, por favor, porque para mí es importante para mi página. Y además hago reflexología. Y no sé, te ofrezco 50 lucas por las fotos’. ‘Pucha, te agradezco… Pero hagamos una cosa. ¿Tú hací reflexología? Ya. Tú me sacas las fotos de mis pies, cuando yo me haga la podología, para que se vean bonitos, porque en realidad me cuesta esto de los pies, y no me pagues todo el dinero, sino que la mitad te la doy para que me hagas reflexología. Y así nos ayudamos mutuamente’.

“La cosa es que nos juntamos en un parque, en el Parque San Borja, antes de que empezara toda esta revuelta (estallido social). Esto fue como hace cuatro años atrás, o tres más o menos, y nos juntamos en el parque. Pusimos una cosita. Estaba lleno de gente. Llevé un cojín y me sacó las fotos de mis pies. Muy amable. Yo, con un vestidito.

“Y bueno. Luego digo ‘ahora la reflexología’. Entonces me relajé, me tiré atrás en el parque, qué rico. El tipo se tiró ahí a hacerme los pies. Y de repente estoy ahí y siento una cosa media rara, así como media jugosa en los pies, como algo extraño. Y yo pensaba ‘¿me está chupando los pies?’. Yo dije ‘no, no, no puede ser…’.

“Estaba acostada de espalda, con los ojos cerrados, entregada a la reflexología, lleno de gente. Te lo juro. Y de repente, lo más terrible, fue que en ese minuto no reaccioné altiro, porque era como ‘no puede ser’, bloqueando todo esto. ‘No, no, yo estoy imaginando esta sensación. Deben ser sus dedos que son muy suaves…’.

“¿Cuánto tiempo pasó?”, le preguntaron en general.

Herrera: “¡No sé cuánto tiempo pasó!”

Javiera Contador: “Desde cuando empezó hasta que sentiste…”

Cristián de la Fuente: “La transición de seco a jugoso”

Herrera: “Habrán sido unos cinco minutos , seis minutos, siete minutos… Ni siquiera estaba… Bueno, entonces yo reacciono, le digo y lo miro. Lo peor de todo es que estaba grabando todo esto. Veo el celular puesto así… Estaba grabando”

Karen Doggenweiler: “Y te estaba chupando el dedo…”

Claudio Moreno: “¿Te estaba lamiendo los deditos?”

Herrera: “Sí, claro… La cosa es que yo me quedé helada y le digo ‘¿qué estás haciendo?’”

Contador: “Lo encuentro fuertísimo. ¿Te estaba lengüeteando o chupando el dedo?”

Herrera: “Chupando el dedo. Después me di cuenta… La cosa es que reaccioné y le digo ‘¡¿qué estás haciendo?!’. Y miro, ‘¡¿Qué estas grabando?! ¡¿Qué es esto?! ¡Apaga eso!’.

“Luego lo enfrenté a él y le digo ‘¿por qué hiciste esto?’. ‘¿Yo te di pie para esto?’ (ríe)”

Contador: “¿Y qué te dijo?”

Herrera: “Me dijo ‘perdona, tú has sido tan buena persona, me pagaste por a la reflexología, accediste a esto… Yo tengo un problema’. Yo le dije ‘ok’. Y después me dice si le podía dar datos de otras actrices. Y le dije ‘no’… Y me fui muy angustiada, porque tenía el proceso.

“En esa época yo empecé como un proceso de mi vida, de enfrentarme a ese masculino violento que tenía dentro, y empecé a trabajar en eso, de ser capaz de defenderme y de poner límites… Pero en el minuto, y dentro de mí, yo me sentía culpable. En el minuto le preguntaba ‘¿yo hice algo? ¿Yo hice algo para que tú pensaras que quería que me hicieras esto?’. ‘No, es culpa mía’”.