Mauricio Pinilla: «Me puse a jugar PlayStation y me volví un total ‘niño rata’. Y tenemos peleas (con su esposa) porque juego todo el día… Lo cronometré el otro día: fueron 14 horas jugando Play”
Mauricio Pinilla se contactó con el espacio de Instagram Live que conducen Martín Cárcamo y Diana Bolocco.
El delantero de Coquimbo Unido, de 36 años, contó detalles de su cuarentena en familia. Una de las cosas que abordó fue su nuevo pasatiempo, jugar PlayStation:
Mauricio Pinilla: “Me gusta mucho jugar solo, jugar PlayStation. De hecho, no era fanático de los videojuegos y, con un par de compañeros que hicimos la cuarentena juntos, me puse a jugar PlayStation y ahora me volví un total ‘niño rata’. Juego todo el día. Y ahora tenemos peleas porque juego todo el día.
“Ella (Gissella Gallardo) me regaló una Play. Y cuando sobrepaso las ocho, nueve horas delante del televisor jugando, ahí tenemos grandes problemas”
Cárcamo: “Te has pegado esas de ocho, nueve horas”
Pinilla: “Cronometrado. Lo cronometré el otro día: fueron 14 horas jugando Play”
Bolocco: “¡Catorce!”
Cárcamo: “Es que, claro, él no vivió esa época. Eso les pasa a los deportistas profesionales. Ojo, yo lo he conversado con varios. Como no vivieron la etapa de la adolescencia, ese período donde todos hacíamos las típicas tonteras, porque ellos tenían que ser muy responsables”
Bolocco: “¿Qué tonteras, Martín?”
Cárcamo: “Todas las cosas. Imagínate las estupideces que he hecho yo en mi vida. Pero ellos no. Tenían que ser súper responsables y rigurosos. Oye, nos está viendo tu señora…”
Pinilla: “¡Ah! Ya me van a retar otra vez”
Cárcamo: “¿A qué me refiero con esto? Que empezaste a hacer cosas de más grande, que tenían, entre comillas, a la espera guardadas. Por ejemplo, un cabro puede jugar hoy día Play. No tiene que ver con el Play o los carretes, sino que en acostarse quizás más tarde, con hacer cosas que son más de adolescentes”
Pinilla: “De hecho, hasta el tema de las vacaciones fue un tema para nosotros. Yo jugaba todos los fines de semana, desde los 8 años en adelante, y el paseo familiar del fin de semana era Quilín a jugar. El paseo era ahí y luego a almorzar y chao. Y yo tenía que volver al otro día al colegio. Me retiraban del colegio a media jornada y después a entrenar. No me recuerdo de muchos dibujos animados ni nada, porque pensaba en todo el día en la pelota.
“Entonces, hoy día me encuentro con esta tecnología de videojuegos. Yo a mi hijo, cuando lo veía, lo retaba porque jugaba todo el día. Y ahora juego todo el día con él. De hecho, el fin de semana, nos quedamos hasta las 3 de la mañana jugando Playstation con el chico”.