Glamorama
Fernando Solabarrieta en una foto que compartió en su instagram @fersolabarrietac en octubre de 2018.

Fernando Solabarrieta a 16 años de su famoso «¡estoy llorando!»: «Con el tiempo entendí que era como el ‘¡me pongo de pie!’ y que era una distinción…»

Autor: C. Z. / 6 octubre, 2020

“Sí, es cierto… ¡Estoy llorando en esta tribuna!”, gritó Fernando Solabarrieta tras el triunfo de Nicolás Massú en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 donde el tenista chileno obtuvo la medalla de oro.

Para el comentarista deportivo de 49 años fue un momento que marcó su carrera, ya que su relato provocó elogios, aplausos, y también críticas y burlas.

El pasado fin de semana en el espacio Domingos Dominicales, que Felipe Bianchi y Mauricio Contreras emiten por YouTube, analizaron el clásico momento junto al protagonista:

Fernando Solabarrieta: “En un principio me costaba mucho verlo. Sí, durante mucho tiempo yo no lo vi, lo dejaba ahí no sé muy bien por qué”

Felipe Bianchi: “Yo tengo una teoría. Estamos en un país como este, donde los weones como yo y muchos más, estábamos en CQC en esa época, nos reíamos de este tipo tan emocional, de este tipo que lloraba, de este tipo que no sé…

«Decíamos ‘¿cómo es posible? Tiene que ser más seria la gente’ y no sé qué. Y después, con el tiempo, uno se da cuenta lo imbécil que fuimos muchos en Chile, de lo poco emocionales que somos. O sea, eso no habría sido tema en Argentina, en Italia o Brasil. Pero en Chile era tema que Solabarrieta era demasiado emocional”

Solabarrieta: “Sí, es verdad. Pero sí, reconozco que eso me molestó. Ahora, estaba en un momento como que te sientes en las nubes, como demasiado… Recuerdo, porque al día siguiente hubo una portada en Las Ultimas Noticias, hubo una comparación con el relato de Víctor Hugo Morales. Estaba como ‘Dios mío, ¿qué es esto? Puta, la cagó’.

“Lo que tú me mencionas, que no lo hiciste tú sino un compañero tuyo, sí, como que me molestó, pero no lo caché tanto porque estaba lejos. Fue el único viaje en que aproveché, porque es algo que todos hacían de manera muy legítima que era pedirse vacaciones después del evento. No lo había hecho nunca, pero lo hice ahí, y me quedé allá una semana en Atenas.

“No sé muy bien por qué durante un buen tiempo no lo quise ver. Y era muy protegido el relato. Gracias a Dios TVN lo tenía como ‘esto es un patrimonio’ y no lo toca. Marcos Salazar dio la orden en el canal que, cualquiera que quisiera utilizar el relato, tenía que pedirme expresa autorización a mí. Mira la weá… Qué bonito.

“Después, en una negociación posterior… No, después de la negociación de ese año, no me acuerdo bien si con Mario Conca o no, alguien del canal me dice ‘oye, ¿supiste lo de tu relato?’. ‘No’, le digo, ‘¿qué?’. ‘Tu relato fue pedido por el Comité Olímpico Internacional y forma parte del Museo Olímpico en Suiza’. ‘Chucha’, digo yo, ‘me lo hubieses dicho antes de negociar poh’ (ríe). Y con el paso del tiempo el relato ha sido…”

Bianchi: “¿Lo tienes físicamente en algo, en algún soporte?”

Solabarrieta: “No. En alguna época hicieron un DVD con la transmisión y me lo regalaron. Lo tuve que pedir y me costó un huevo, hasta que me lo dieron”

Mauricio Contreras: “Estás reconciliado con el relato”

Solabarrieta: “Es que sentí que había sido una cosa muy linda. Tal vez porque uno tiene un filtro de selección, no sé, yo me quedé con la interpretación de la gente, porque eso que pasó en CQC, que dice Felipe, provocó una reacción aun más de cariño, como de ‘esto que nos gustó ahora vamos a salir a defenderlo’.

“Sí tenía una cuenta pendiente con Pablo (Mackenna, ex conductor de CQC), que alguna vez intenté aclararla tal vez no de la mejor manera, pero punto. Todo lo otro que me sucedió fue muy bonito. Lo que sí me reconcilié, porque en algún momento me enojó, me enojaba, era el mote de ‘¡estoy llorando!’. ‘Wena, ¡estoy llorando!’. Decía ‘me están agarrando pal webeo y es de las cosas más serias que hice en mi vida’.

“Con el tiempo entendí que era como el ‘¡me pongo de pie!’ y que era una distinción. Era como que la gente te distinguía de esa manera, como ‘ah, me acuerdo de ti’. Está presente. Entonces fue para mí, a partir de eso, un honor, un verdadero honor que me lo digan y que me lo hagan recordar”.