El sensible momento de la doctora de Bienvenidos Carolina Herrera: «Tengo pendientes con mi mamá, pero ya fue demasiado tarde porque ella ya está postrada…»
«El pendiente me lo voy a tener que arreglar yo solita», comentó emocionada la doctora Carolina Herrera, panelista de Bienvenidos, durante el especial que el matinal de Canal 13 emitió el pasado viernes de Navidad.
En el espacio hubo un segmento dedicado a la humanidad y emociones de sus rostros. Tonka Tomicic habló por primera vez en público sobre el avanzado Alzheimer que sufre su madre (“Fue difícil porque es un duelo, porque es como… Vas perdiendo a tu mamá”, dijo). La animadora le agradeció a su hermana Mirela por su papel en medio de esta situación.
En tanto, la doctora Herrera también se refirió a su madre:
“Ustedes son tan buenas hijas. A Raquel siempre le he reconocido eso. Tu historia es conmovedora Tonka, ahora que uno la conoce. Pero yo sí siento que tengo pendientes con mi mamá, pero que ya fue demasiado tarde porque ella ya está postrada, ya no va a tener ese análisis. Y esos pendientes tal vez fueron una infancia muy controladora de parte de ella permanentemente conmigo, con mi hermana Mónica, que para mí es la heroína del año porque ella es la que la cuida.
“Y eso se transformó de alguna manera en un pensamiento de que yo con mis hijos no iba a ser controladora. Nada, ni en el colegio, ni en una tarea, ni en nada. Y siento que ellos pueden haber interpretado que eso era falta de preocupación o falta de afecto. Pero era de alguna manera un coletazo de esa sensación de asfixia, de algo que nunca me pude sacar de encima. Pero tal vez si no hubiera sido así no estaría hoy donde estoy. No estaría hoy día ayudando a la gente o sintiendo que soy útil para alguien que también es una mamá o que también es un hijo.
«Así que el pendiente me lo voy a tener que arreglar yo solita, pero esa era mi sensación de emoción. De que a veces se te pasa la vida y ya pasó el minuto de la conversa, ya no fue. Aunque esté ahí tal como tú lo sientes, ya no es lo mismo.
“He visto este año a tantos hijos pararse en la puerta de la UCI y tratar de comunicarse con una persona que estaba muriéndose, que siento que es un gesto que uno tiene que hacer antes, no en el último minuto, tiene que ser antes. Pero todavía no he tenido esa fuerza para hacerlo, ese empuje.
«A Tomás, Ignacio y Matías, que son mis hijos, que sepan que cuántas navidades pasé en la UCI era por ellos».