Diana Bolocco: “Cuando tengo que trabajar hasta tarde y a veces no los veo me siento súper culpable… Lidiar con la culpa de las mamás es difícil y todavía me cuesta”
Diana Bolocco fue invitada esta semana al espacio que Michelle Adam emite por Instagram, Voces de mujer.
La animadora de Mucho Gusto se refirió a cómo enfrentaron la pandemia sus hijos, a cómo mantiene su cuerpo y a cómo compatibiliza el tiempo entre el trabajo y ser mamá. Esto fue lo que dijo respecto a este último tema:
Michelle Adam: “Es súper complejo trabajar, estar preocupada de ser mamá, de ser mujer, de tener tanta responsabilidad. ¿Cómo logras manejar tus tiempos, tu energía y no perder la esencia de ser mujer, de valorarte y de sentirte bien?”
Diana Bolocco: “Yo creo que es una lucha constante. Yo tengo la fortuna de trabajar en lo que me gusta y de tener tiempo. Yo tengo tiempo para mis hijos.
“He tenido periodos en que he estado en proyectos que efectivamente son mucho más absorbentes y que los horarios son más extensos. Pero ahora con el matinal tengo la posibilidad de llegar temprano a mi casa, sobre todo en la pandemia.
“Este fue un año precioso de ordenar prioridades. Pero a uno se le olvida de repente, y uno va cayendo y de repente sobrevendiéndose, y después te das cuenta que uno dejó lo importante. Llegar a hacer las tareas con mis hijos, que me vean, que no solamente sepan que estoy ahí, sino que me vean en el día a día, que me preocupe de echarles el bolso de gimnasia a la mochila, de llevarlos al colegio cuando el horario me lo permitía, o ir a buscarlos.
“Y cuando uno se pierde y se empieza a sobrevender, como digo yo, uno pierde el centro. Pero eso yo lo aprendí a la fuerza, porque a mí me cuesta mucho decir que no. Pero entendí que lo más importante, lejos, era mi familia, que nadie era más importante para mis hijos que yo, que la mamá y el papá son irreemplazables, y que uno tiene que estar lo que más pueda.
“Pero es una lucha diaria y yo soy súper culposa. Cuando tengo que trabajar hasta tarde, y a veces no los veo porque salgo muy temprano y llego muy tarde cuando están durmiendo, me siento súper culpable. Como lidiar con la culpa de las mamás es difícil y todavía me cuesta.
“Pero aprendí la lección y hay muchas cosas que no hago. No voy a eventos, por ejemplo, por nada del mundo, a no ser que tenga que ir por trabajo. Tengo vida social súper acotada, me junto con mis amigos en mi casa los fines de semana y trato de estar lo más posible. Además, porque los dos grandes míos tengo la sensación de que luego van a querer irse, entonces estoy aprovechando todos esos minutos.
“Yo le digo a Cristián ‘yo admiro de ti que tú tienes una idea a la vez y lo que no alcanzaste a hacer, mala suerte’. Uno tiene cien mil ideas, desde el almuerzo, la compra del supermercado, el trabajo del colegio, ir a la peluquería a teñirse las canas, te estoy inventando, 500 cosas que uno tiene en la cabeza.
“Y es ese taco de ideas que te atormenta y no te deja vivir el presente. Me ha costado eso. Tengo una cabeza tan activa, te juro que a veces digo ‘que ganas de apagarme y de desconectarme, y de vivir aquí y ahora’.
“Cristián todo el día me reta, pero me gustaría traspasarle un par de ese taco de ideas para allá. Él ha sido un súper maestro en ese sentido, siempre me dice ‘relájate, ¿cuál es tu problema?’, ‘tal cosa’, ‘pero mira la tontera, da lo mismo’. Como que pone las cosas en perspectiva y es verdad, lo único que importa es que la familia esté bien y nada más.
“Creo que fue súper bueno ese año en ese sentido, como para bajar las revoluciones, estar de verdad en la casa, compartir con los tuyos. Yo no almorzaba con mis hijos grandes en la semana hacia muchos años, excepto el verano. Y almorzábamos todos los días juntos, yo iba al canal, pero volvía temprano a la hora de almuerzo. Fue muy bonito eso”.