«Me sentía en un manicomio… Bajé diez kilos, salí con trastorno alimenticio. Lo pasé mal», dice Simone Mardones sobre el reality Mundos Opuestos 2
“No es que me avergüence, lo que me pasa es más profundo. Para mí fue super heavy», dice Simone Mardones sobre su participación en el reality show Mundos Opuestos 2.
En ese programa de telerrealidad que Canal 13 exhibió en 2013 se convirtió en uno de los personajes y llamó la atención por sus peleas con otros participantes, entre ellos Claudia Schmitd, quien durante una discusión la agredió físicamente, por lo cual la integrante uruguaya fue expulsada.
En su carrera también figuran Amango, Caiga Quien Caiga y la teleserie Eres Mi Tesoro, entre otros títulos televisivos.
Hoy es madre de una niña y un niño, lleva un estilo saludable de vida y tiene un emprendimiento de mantequilla purificada.
Mardones se contactó hace unos días con el espacio de entrevistas que Carolina de Moras emite en las mañanas por Instagram. En el live por la red social recordó Mundos Opuestos 2 y estas fueron parte de sus palabras:
«Ahora en pandemia tuve el tiempo, decidí verlo y fue súper heavy porque me ayudó mucho a crecer y a conocerme a mí misma. Porque a veces uno cree que se conoce, hasta que se empieza a mirar. Verte grabado y ver ese tipo de reacciones, para mí fue súper fuerte estar encerrada. Estuve seis meses encerrada, lejos de mi familia y fue heavy. Pero sí fue una experiencia maravillosa que me hizo crecer y me sigue ayudando a crecer. No me da vergüenza, solo que me da cosita.
«Tienes micrófonos adentro del baño. O sea imagínate. Es súper incómodo. No existe la intimidad. Los baños también son como de cartón. Es un set de televisión. Entras al baño y ya el micrófono es lo de menos porque la puerta es casi transparente. Estás súper vulnerado todo el tiempo y después se te olvidan las cámaras, como que empiezas a vivir realmente. Yo me sentía en un manicomio, encerrada. Además hay luces blancas.
«Quieres salir a correr a gritar al bosque, a llorar y no puedes. No puedes salir de, no sé, 250 metros cuadrados. Caminas y chocas con una pared, después chocas con la persona que te cae mal y es trabajarse a sí mismo para con los demás todo el tiempo. Es súper intenso.
«Te desbordas y ahí es donde van saliendo… Hay algunos que no soportan más y chao, para afuera. Me di cuenta que me pesó ahora, viéndolo. A los cinco meses yo no quería más. Me nominaban y era como ‘no importa’. Me dejé perder en la última competencia porque ya no podía más. Bajé diez kilos, salí con trastorno alimenticio, miraba la comida y era como… Lo pasé mal. Fue muy muy intenso, no sé si podría volver a repetirlo en mi vida ni lo recomiendo”.