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Antonia Santa María en La Chúcara, en 2014, junto a Felipe Braun. Foto de archivo tomada de la web.

“Su libertad era hermosa, no tener ningún prejuicio si era el patrón… Eso era lo más fascinante, la libertad que podía tener ella como mujer”, dice Antonia Santa María sobre La Chúcara

Autor: Equipo Glamorama / 24 enero, 2021

«Con La Chúcara me daba miedo ser protagonista de algo, pero porque es muy primera línea, estar muy expuesto. Pero cuando lo leí desde un inicio, la Sandra Arriagada creo que lo escribió así, le fluía demasiado el personaje”, afirma Antonia Santa María sobre la teleserie de TVN en 2014 donde interpretó el papel principal.

La actriz se comunicó hace unas semanas con Impacto en el Rostro, podcast de entrevistas a protagonistas, guionistas, directores y otros realizadores de obras dramáticas en televisión.

Santa María se refirió al teatro en tiempos de pandemia y restricciones sanitarias y recordó telenovelas en las que participó. Así continuó la conversación en torno a La Chúcara:

“¿Por qué crees que a las teleseries que se ambientan en el campo generalmente les va tan bien?”

Antonia Santa María: “Hay una identidad que es muy chilena, nos gusta vernos reflejados. Altiro estás instalado en un lugar familiar, no hay que trabajar demasiado para explicarle a la gente quiénes son los personajes que están ahí. Partir en una base que es el campo chileno. No pasó con Su Nombre es Joaquín, que si bien es el campo chileno pero no era un mundo que identifique, el mundo de las sectas.

“En el campo chileno es súper difícil hacer una teleserie que no tenga que ver con el mundo del campo y además tienes ahí una síntesis de lo que es nuestro país, las clases y los roles sociales, el patrón, los empleados. Conviven en un espacio bastante pequeño, un fundo, un campo, convive la clase más alta y privilegiada junto con la gente que tiene menos. Conviven juntos en la misma casa, uno atiende al otro, en un espacio logras sintetizar un país. Ahí hay una identidad bien inmediata.

“Era un personaje muy bien escrito, bien construido, muy empático, libre, dañado. No es todo bello, sino que tenía unas súper heridas y abandonos. Y era una niña que a pesar de todas las heridas logró salir adelante. Representaba mucho a la mujer chilena, ser aguerrida, ‘yo tengo esas heridas pero no me quedo ahí, tengo que salir adelante y voy a evolucionar. Y quizás las heridas no se van a borrar nunca, son parte de mi vida, pero no me quedo lloriqueando y salgamos adelante y estudiemos, aprendamos, tengamos ambiciones’.

“Su libertad era hermosa, no tener ningún prejuicio si era el patrón. Eso era lo más fascinante, la libertad que podía tener ella como mujer”.