Juan Pablo Sáez: «En un momento que hay rebrotes fuertes y Tomás (Vidiella) tenía 83 años. No tendrían que haberlo convocado a trabajar en esta obra…»
«Siento una profunda pena porque creo que se podría haber evitado su muerte», declaró Juan Pablo Sáez a Chilevisión durante la despedida que el gremio actoral le hizo a Tomás Vidiella este jueves en las afueras del Teatro Oriente.
En esa sala de Providencia fue donde actuó por última vez el artista de 83 años quien murió debido a las complicaciones del covid.
Fue allí también, en el elenco de la obra Orquesta de Señoritas, donde surgió el brote del virus que afectó a Vidiella y a todos los protagonistas, incluidos Cristián Campos, Willy Semler, Mauricio Pesutic y Luis Gnecco entre otros.
En el adiós a Vidiella se vio a Sáez muy afectado. Lloró mientras hablaba con la periodista de Chilevisión. El actor y fundador del Teatro San Ginés contó el lazo que lo unía al fallecido artista y manifestó su opinión en contra de que lo hayan convocado al montaje ya mencionado. Estas fueron sus palabras:
«Muchas imágenes, son muchos momentos. Tengo 30 años ya de carrera, lo conocí al principio, admirándolo como actor, y luego tuve la suerte de poder trabajar con él, fue papá mío en una obra de teatro.
«Luego él guió mis primeros pasos para abrir el Teatro San Ginés. El tenía el Teatro El Conventillo y yo cuando quise partir el San Ginés, el año 1999, lo llamé y se juntó conmigo y su hermana y me dieron todos los tips que sentaron las bases para que me pudiera ir bien. Me compartió los contratos para poder hacerlo bien. Yo no sabía nada del tema.
«Ahora en pandemia, que nosotros (los teatros) estamos cerrados hace un año, es de los pocos actores que llamaba a mi padre, a mi, a mi hermana para saber cómo estábamos, qué podía hacer él para ayudarnos si es que estábamos cerrados tanto tiempo… (solloza).
«Yo lo calmaba, le dije que afortunadamente habíamos hecho una panadería para salir adelante y él me decía ‘¿¡pero cómo estas haciendo pasteles?!’. El fue muy cariñoso con mi señora.
«Siento una profunda pena porque creo que se podría haber evitado su muerte. Nosotros respetamos la indicación del Ministerio de Salud de no reabrir los teatros durante un año entero, que se cumple este 15 de marzo.
«Creo que fue innecesaria esta producción que se sacó adelante, se convocó a tantos actores y en un momento que hay rebrotes fuertes y Tomás tenía 83 años. No tendrían que haberlo convocado a trabajar en esta obra.
«El estuvo casi año guardado. Entonces claro, la soledad, las ganas de ser útil, el amaba tanto el teatro que quiso estar, pero es labor de un productor, director, cuidar a la gente, cuidar a los artistas. Y aunque nos ha costado mucho, porque la estructura de un teatro independiente, los teatros independientes son muy frágiles. Hay gran dificultad para mantener vivos los lugares luego de un año cerrados.
«Nosotros fuimos responsables y bajamos todas las obras. Yo creo que una municipalidad no necesitaba abrir salas ni ensayar. Es mi opinión, muy personal. Yo creo que a nosotros nos quedaba Tomás para rato, para diez o 15 años más al menos».