“Estuvimos cuatro meses trabajando con las gitanas, armamos una carpa… Cada una se hermanó con alguna», cuenta Francisca Imboden sobre Romané
“Nos daban el guión entero en castellano, pero ahí uno proponía. Al principio nos volvimos locos. Si ustedes miran los primeros capítulos están todos subtitulados completamente. Al final Vicente Sabatini dijo ‘ya, una por escena, porque o si no nos vamos a volver locos’».
Este es parte de los recuerdos de la grabación de Romané que hace Francisca Imboden.
La actriz junto a Amparo Noguera y Antonia Zegers interpretaron a las gitanas «María Salomé», «María Magdalena» y «María Jacobé», respectivamente, hijas de «Jovanka», la protagonista personificada por Claudia di Girolamo.
La teleserie estrenada en 2000 es uno de los clásicos del género y uno de los grandes éxitos de la llamada época dorada de las telenovelas chilenas, realizadas por Vicente Sabatini.
Imboden se refirió a la producción dramática -que el canal público revive en su pantalla por estos días- durante el espacio Reyes del Drama, que se emite por redes sociales.
Estas fueron parte de las palabras de la actriz:
“Estuvimos cuatro meses trabajando con las gitanas, armamos una carpa en ChileFilms, almorzábamos ahí, aprendíamos a cocinar, a bailar, a conversar, a hablar, nos enseñaban ciertos tips, cómo se toman las manos, cómo te parabas. Empezamos a sentirnos y cada una se hermanó con alguna y sacabas ciertas ideas. Estuvimos mucho rato con eso.
“Y luego llevar eso a Mejillones había una doble cosa, porque Mejillones históricamente siempre ha estado súper desplazado, porque hay una promesa eterna de que van a hacer un puerto ahí. Entonces siempre sentíamos que al llegar hubo una esperanza de que se visibilizaran. Da mucha pena darse cuenta que en Chile hay mucha gente que está invisibilizada.
“Por otro lado, como ya veníamos de La Fiera, que había sido batatazo en Chiloé, entonces veníamos medios hollywoodenses, no que nos creyéramos, sino que ya nos seguía gente. Y era heavy, porque grabábamos y te lo juro, había dos cuadras para todos lados de gente mirando la grabación, con carabineros con unos cordelitos para que no pasaran. Entonces nosotros para salir de la grabación, todos se nos tiraban… Era como Hollywood. Impresionante. Superestrellas.
“Entonces tuvo cosas súper locas, nosotros mismos nos empezamos a dar cuenta de lo que pasaba con lo que estábamos haciendo, que al principio no lo teníamos tan claro. El nivel de identificación y alguna forma de esperanza de que las cosas cambiaran, que algunas cosas mejoraran, de que los vieran. Al final agradecían mucho la visibilidad de esto. A mí me da mucho dolor el abandono que hace este país de su gente.
“Al final esta cosa como de sentirse star también me dio cierto dolor, como ‘oye, pucha que puede hacer hartas cosas más uno, aparte de disfrazarse y hacer teleseries'».