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Felipe Camiroaga y Myriam Hernández animaron La Noche del Mundial en TVN, en 2006. FOTO: COPESA / La cantante en una imagen tomada de la pantalla de PCR, en Chilevisión.

«Después (de la muerte de Felipe Camiroaga), como a la semana, me duermo y veo a Felipe… Me decía ‘shhh, tranquila, yo estoy bien'», cuenta Myriam Hernández

Autor: Equipo Glamorama / 4 agosto, 2021

“A mí me pasó algo bien especial después, como a la semana», partió contando Myriam Hernández sobre la experiencia que tuvo tras el trágico accidente aéreo de Juan Fernández, en septiembre de 2011.

La cantante de 56 años afirmó en el late Pero Con Respeto -que Julio César Rodríguez condice en Chilevisión- que ella y su marido Jorge Saint Jean estaban en la comitiva que viajó al archipiélago en esa ocasión, pero debido a una situación familiar debieron cancelar su participación poco antes de partir.

Recordó a Felipe Camiroaga, con quien animó La Noche del Mundial, en 2006 en TVN, y a quien consideraba su «amigo», y relató su vivencia:

«Como a la semana (de la tragedia aérea) me llamaron de los Grammy para ir a anunciar los Grammy. Pensamos con Jorge que sí era bueno ir, porque yo estaba con depresión, entonces era bueno ir para yo salir un poco de esto.

“Partimos y a la vuelta, esto ya es bastante especial, muy mío, pero lo comparto porque se da una atmósfera rica acá, veníamos en el avión de vuelta con Jorge hacia Chile, desde Los Ángeles a Chile. Jorge me dice ‘¿vas a cenar?’, yo le digo ‘no’. Y él siempre me recuesta del sillón del avión y me tapa. Hace todo eso y se queda esperando la comida, entonces en eso yo supuestamente me duermo.

“Y veo que Jorge está comiendo y de repente me hacen así en la rodilla y veo a Felipe Camiroaga con el pelo largo, con una polera negra, le veo su tatuaje, pero estaba peinado como al medio.

“Me hace así en esta parte del pelo, en el lado izquierdo, porque yo le digo ‘¿Felipe?’. Fue una cosa tan desesperante para mí ver que Jorge estaba comiendo, sentir el ruido del avión y ver que Felipe… Me estoy volviendo loca, cómo puede ser que se te aparezca una persona.

“Tiritaba y me decía ‘shhh, tranquila, yo estoy bien, preocúpate de la segunda parte’.

«Obvio debo haber estado soñando y empecé a hacer ruidos, Jorge me despierta y me dice ‘¿qué te pasa?’. Trataba de explicarle lo que había vivido. A Jorge todavía no le entregaban la comida.

“Fue un lapsus así. Fue horrible. Se me pone la piel de gallina cuando me acuerdo de eso. Solo pienso en que a lo mejor, estos misterios de la vida, es saber que él sí está bien. Desde ahí empecé a cuidarme mucho en esta segunda parte, sentí que era la segunda oportunidad que tenía de vida (luego de haberse bajado a última hora del vuelo siniestrado).

“Empecé a preocuparme de no ir en avionetas, porque un mes antes habíamos viajado en Bolivia en una avioneta a un lugar muy chico, donde esa avioneta a la semana se cae y se muere el señor que nos llevó a nosotros. Nosotros también fuimos en esa avioneta.

“Pasaron estos hechos en menos de uno o dos meses. Ahí con Jorge dijimos nunca más una avioneta, ojalá a veces viajar separados, por los niños, cuidarse, ser conscientes cada día de que despiertas en la mañana, respiras, estás vivo y agradeces.

“El decirte ahora, por ejemplo, Julio César te quiero, me caes bien, decírtelo de verdad. Yo siempre les estoy diciendo a la gente ‘los quiero’, ‘me caes bien’, ‘discúlpame’. Porque de esto se trata la vida, de entregar amor, eso es lo que nos llevamos, el amor que entregamos, el que recibimos y el tratar de ser mejores personas siempre”.