«En un concierto en el Nacional paso corriendo y siento una mano en mi pot… Pero justo en la fila de los cadetes»: Francini Amaral recuerda los agarrones en los shows de Axé Bahía
«La gente agarraba intentando literalmente sacar un pedazo tuyo», recordó Francini Amaral sobre los manoseos que sufría junto a sus compañeros de baile en la época de mayor popularidad del grupo Axé Bahía.
La bailarina brasileña radicada en Chile estuvo en el último capítulo de La Divina Comida junto a Angélica Castro, Paulo Brunetti y Maro Desbordes y estas fueron parte de sus memorias sobre su llegada al país y el éxito que tuvo:
«Estaba en el Municipal. Me lastimé la rodilla la primera vez bailando, y justo por cosas de la vida me llaman para venir a bailar a Axé Bahía, que era un grupo que estaba en televisión y no sé… ¿Alguna vez les ha pasado que aceptan algo o toman alguna decisión porque escuchan una palabra, o una situación, y ni lo piensan? Porque es intuición, guata. Esa fue la primera situación de mi vida que cuando dijeron Chile dije ‘sí, voy’.
«Llegué el 18 de septiembre del 2001, trabajé dos o tres meses en Mekano y en 2002 estábamos en el Festival de Viña»
Angélica Castro: «¿Tú te imaginaste el éxito? Porque ustedes hacían 45, 50 shows al mes»
Paulo Brunetti: «¡¿Quéee?!»
Castro: «¿O me equivoco?»
Francini Amaral: «Sí. Y Axé Bahía fue Disco de Oro en Grecia, España, en la comunicad latina de Estados Unidos»
Castro: «¿Y alguna anécdota divertida? Porque en la Teletón uno los presentaba y era locura. Así… Los Carabineros. A los pobres les tocaba hacer cadena humana»
Amaral: «Hablando de… No sé si sea muy positivo para la institución, pero es una anécdota. Nosotros hicimos un concierto en el Estadio Nacional. Y yo, con una súper ropa, unos shorts (gesticula señalando que eran pequeños). De repente paso corriendo y siento una mano así en mi poto. Pero justo en la fila de los cadetes poh»
Jani Dueñas, voz en off de La Divina Comida: «¡¿Quéee?! ¡¿Te manoseó un carabinero?!»
Amaral: «Y en esa época usaba unos anillos (de tamaño importante) y mi primera reacción, cuando sentí la mano en mi poto, agarré con la mano izquierda (la mano del hombre) y sin mirar hice así con la mano… Le di un combo. Todos empezaron a reír. No me acuerdo mucho de su cara.
«Pero te lo juro que después me quedé preocupada por el porte del anillo, porque creo que de verdad debo haberle cortado, porque golpeé así, ¡ñac!
«Me pasó muchas veces de terminar con rasguños porque la gente agarraba intentando literalmente sacar un pedazo tuyo. Entonces siempre con sangre, como todo rasguñado».
Luego, la bailarina sola frente a la cámara dice: «Vine con cero expectativas. Mi gran ambición cuando me fui de Brasil era bailar. No pasaba por mi cabeza ni el uno por ciento de las cosas que viví».