«Hacía las colas en los programas de televisión. Les regalan galletas, jugos al público, y esa era su comida…», recuerda Ernesto Belloni sobre su primer encuentro con «El Poeta» Daniel Ponce

Autor: Equipo Glamorama / 5 septiembre, 2021

“Este cabro siempre quiso salir de su ambiente de la población. Todos sus amigos estaban en la droga, el alcohol. Él quería salir de ahí», contó Ernesto Belloni sobre su primer encuentro con Daniel Ponce, «El Poeta».

Ponce debutó participando en las presentaciones de «Che Copete» hace más de quince años en Morandé con Compañía, en Mega. 

Desde entonces el comediante cultivó un lazo con Ponce. “Es un compromiso personal mío, moral, de cuando conocí a este cabro, al Poeta, de tenerlo siempre más o menos aseguradito. Siempre pensé como un hijo, una cosa así… Pero no, no es hijo mío ah (ríe). Lo vi y no sé, fue una cosa así muy espiritual con él. Entonces siempre lo tengo al ladito», comentó en 2020.

En tanto, en un capítulo de La Divina Comida que Chilevisión repitió, Belloni relató cómo conoció al Poeta. Así continuó la historia enunciada en un principio:

«Como (Ponce) no tenía plata para comer, hacía las colas en los programas de televisión. Lo hacía para entrar al programa de televisión. Les regalan galletas, jugos, en las filas, al público. Hacía de público y esa era su comida.

“Un día voy entrando y me dice ‘yo soy mimo’. No lo quiero decir, pero era tan graciosamente fome, que nosotros dijimos ‘tengámoslo’. Es que era muy divertido. Entonces, estaba con el Kike en un programa en directo y alguien del público tenía que decir ‘don Che, le tengo un poema’.

“El productor me dice ‘mira, ese flaquito que está ahí lo conozco y habla bastante bien’. Ya estábamos al aire. Entonces se pone de pie y dice (imita la entonación de El Poeta) ‘Don Che… Le tengo un poema’. Y el cagadero de risa fue tan grande. Y luego del programa le dije ‘te lo agradezco, ¿pero no te molestó a ti?’. ‘No. Cuando usted quiera’. ‘No es reírnos de ti, es reírnos contigo’.

“Y le digo ‘vamos a trabajar juntos, pero tú vas a hacer este papel, ¿te interesa, te ofende, te molesta?’. ‘No’, me dijo. ‘¿Y usted me va a pagar?’. ‘Por supuesto’. Entonces lo empecé a meter en la tele, en los programas de Morandé y en los espectáculos míos, y era furor”.