«El desarraigo, el soltar, el dejar atrás una época requiere de esfuerzo, de lágrimas, de valentía, no ha sido fácil el proceso…», afirma Luis Jara sobre su partida a Miami
“Uno en Instagram como que publica la felicidad o la vida perfecta. Pero el desarraigo, el soltar, el dejar atrás una época, requiere de esfuerzo, de lágrimas, de valentía, no ha sido fácil el proceso. Yo he tenido una carrera frenética, donde quizás he ganado todos los premios que un artista se puede ganar, pero el costo ha sido alto».
Esto fue parte de la reflexión que hizo Luis Jara sobre su partida a Miami junto a su familia.
El cantante de 55 años vendió su casa en Chicureo y se trasladó a un departamento en el condominio Commodore, en Key Biscayne, la misma zona de la ciudad de La Florida donde Don Francisco compró un departamento tras vender su casa en Miami.
Jara lanzó su versión de Amnesia, una balada de los años ’70 que se hizo conocida cantada por José José a inicios de los ’90.
El artista grabó un video para el tema en el cual aparece la ex Miss Chile Daniela Nicolás y este fin de semana llegó a Santiago. Actualmente realiza cuarentena y tiene agendado una presentación en un local de Maipú para el 21 de este mes, donde presentará su nuevo disco Toda Una Vida.
En tanto, y tras lo enunciado en un principio, así continuaron sus palabras una conversación con el portal TiempoX:
“Ha sido un costo familiar, un costo a la exposición, perder tiempo valiosísimo. Pero este segundo tiempo que yo quiero vivir ahora, y tú lo vas a entender cuando tengas mi edad, 55 años. A pesar de que podríamos ser amigos, porque todos mis amigos son más jóvenes, porque me aburre mucho la gente de mi edad, son muy fomes. Yo uso todavía pantalones raídos…
«Te voy a contar una anécdota, cuando yo tenía 20 años seguía siendo amigo de mis compañeros de curso, entonces nos juntábamos, yo ya estaba en la universidad, me había retirado y había ido al Festival de Viña.
«Me invitaban a sus cumpleaños y yo llegaba con un sombrero negro, un abrigo hasta acá, hombreras, accesorios, con camisa cuadrillé, pantalón Dockers, mocasín, partidura, tomando piscola, sin bailar. Y yo llegaba con este abrigo, me sentía como Gustavo Cerati, pero en ese tiempo eso era muy mal mirado.
“Había muchos ruidos alrededor mío, muchos epítetos y me di cuenta que yo de todas esas weás me reía. Me empecé a dar cuenta que en realidad siempre me vestí como yo quería».
