«Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre su palabra, que estaban separados…», responde «China» Suárez tras ser culpada por el quiebre de famoso matrimonio
«Lo que está sucediendo hoy tiene detrás una historia mucho más grande y profunda, de la que seguramente muchas mujeres van a sentirse identificadas. Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre su palabra, que estaban separados, separándose o que no había conflictos».
Este es parte del mensaje con que «China» Suárez, ex mujer de Benjamín Vicuña con quien tiene dos hijos, rompe el silencio luego de días de ser la protagonista de un escándalo de prensa del corazón que copa los espacios de farándula de Argentina.
Esta historia partió el fin de semana cuando la modelo, figura televisiva y celebridad transandina Wanda Nara publicó en su cuenta Instagram, donde suma 9,3 millones de seguidores, la frase «otra familia que te cargaste por zorra».
Wanda Nara vive en París con su marido, el futbolista argentino Mauro Icardi -quien juega allá, en el club Paris Saint-Germain- las dos hijas del matrimonio y los tres hijos que ella tuvo con su primer esposo, otro futbolista que era conocido de Icardi.
Según las informaciones de prensa rosa, el fin de semana Nara encontró en el celular de su esposo intercambios con «China» Suárez -quien está residiendo en España con sus hijos por razones laborales- en las aplicaciones WhatsApp y Telegram.
Parte de estos mensajes de Suárez supuestamente dicen “Algún día tenemos que salir de joda vos y yo. En alguna parte del mundo donde no te conozcan, ja”. La ex mujer de Benjamín Vicuña también habría piropeado al futbolista y le habría enviado videos del actor chileno jugando fútbol y riéndose de este. Este intercambio solo habría sido virtual, un «coqueteo».
En los programas de farándula al otro lado de la cordillera se afirma que Wanda Nara y Mauro Icardi tuvieron una gran pelea, ella terminó con el deportista y culpan a «China» Suárez del quiebre.
La actriz, que es conocida con Nara, ha recibido una ola de críticas, insultos y calificativos como «roba maridos». También es la protagonista «de cientos de memes en los que se le atribuye la capacidad de romper cualquier cosa», como afirma el diario español El País.
En esos mismos programas también han recordado el escándalo de corte pasional, de una magnitud mayor al actual, que tuvo a Suaréz, «Pampita» y Vicuña como figuras centrales en diciembre de 2015.
Entonces «Pampita» afirmó que sorprendió a Vicuña siéndole infiel y teniendo relaciones con Suárez en un motor home durante un descanso de la película que filmaban. La modelo llevaba una década con el chileno, tuvieron cuatro hijos y nunca se casaron. En ese caso, la actriz también fue sindicada como supuesta culpable del quiebre de una familia.
Actualmente Nara e Icardi estarían reconciliados.
Este es el contexto en el que María Eugenia Suárez posteó hoy el siguiente mensaje:
«He guardado por mucho tiempo silencio por varias razones. La principal por miedo e inexperiencia. Por no saber cómo nombrar el nivel de mentiras y atrocidades que se dicen para sustentar el minuto a minuto televisivo.
«Lo que está sucediendo hoy tiene detrás una historia mucho más grande y profunda, de la que seguramente muchas mujeres van a sentirse identificadas. Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre su palabra, que estaban separados, separándose o que no había conflictos.
«Siento en esta situación un déjà vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son del dominio personal de cualquier mujer. Una repetición que deja a la luz mi inexperiencia y sobre todo profunda credibilidad que le di a estos hombres que luego guardaron silencio dejando que me comieran los lobos.
«Parece que es más creíble para esta sociedad, sabiendo cómo se manejan ellos siempre, que yo sea la mala, la que engaña y no la engañada. Y también parece que es más fácil para una mujer pegarme a mí para descargar. El costo de sostener la imagen de una familia feliz lo pago yo, no el hombre que fue irracional o tuvo un desliz. En ese precio todos quedan bien parados.
«Repito mi silencio constante para preservar mis vínculos familiares que han sido siempre mi prioridad, me jugó en contra. Pero hoy no quiero callar más porque sé que somos muchas mujeres a las que esto nos ha sucedido y a las que la mirada externa juzga.
«Lo que sucedió es una situación que yo no comencé, no provoqué y no alenté. Tener que contar esto habla de la poca privacidad que tenemos las mujeres. Mientras tanto un montón de calificativos dañinos pidiendo mi cabeza desde hace tiempo, en donde el peso de cómo se me juzga a mí es totalmente asimétrico. Caso contrario se sabría que yo no fui quien insistió y propició esta situación.
«Asumo mi inexperiencia, falta de entendimiento sobre mucho que seguramente deba aprender de ahora en más. Pero no voy a hacerme cargo por mí y por todas las mujeres que son juzgadas siempre, de las actitudes de conquistadores seriales que tienen aprendidas estos varones, y que después bien saben esconder.
«Como dicen ahora, ser empoderada no tiene que ver con dinero, con ser filosa en redes y menos con insultar con los mismos términos con los que te juzgaron en el pasado a otra mujer. Tiene que ver con ser justa a la hora de hablar y sobre todo romper el silencio.
«Me resulta llamativo que las mujeres no vean que los mismos agravios que me escriben a mí son los que una sociedad entera usó (y sigue usando) para referirse a ellas. La reproducción de esa violencia que recibiste en el pasado hacia otra mujer para limpiar tu imagen no se hace más astuta. Solo nos vuelve a poner a todas en el mismo lugar.
«Quienes están con esto lucrando a costa de mi vida personal y mi carrera artística, serán también intimados por la reproducción de información falsa, maliciosa y con fines de reproducir violencia de género mediática hacia mí.
«Gracias a todas las personas que me brindaron apoyo, que entienden lo que pasé y callé en el pasado, dejando que personas heridas me pongan en lugares injustos y que hoy esto se vuelve a repetir pero ya no más con mi silencio. Soy una mujer que ya no tiene miedo de hacer valer mi derecho a vivir libre de prejuicios. Y ojalá esto no sirve solo como un descargo sino también para reflexionar sobre nosotras».