«Espero verlos, a los noventa y tantos, ya grandes…», dice Eliseo Salazar sobre sus mellizos Romeo y Julieta, de cinco años
«Es difícil. Porque uno ya no tiene la energía de los 30 o de los 40. Pero otro lado es reconfortante”, dice Eliseo Salazar sobre su paternidad, a los 67 años, de mellizos de cinco.
El único piloto de Fórmula Uno que ha tenido Chile -hoy dedicado a emprendimientos propios- habló de Romeo y Julieta, sus niños con su actual esposa, Evelyn Galdames, 30 años menor que el ex deportista y gerenta general de la productora de Salazar.
Estas fueron las palabras del piloto de carreras sobre sus hijos menores en el late que conduce Julio César Rodríguez en Chilevisión:
«Como todas las cosas en la vida, que uno quisiera ocupar el hecho de ser más joven, pero también tienes más tiempo y tienes más sabiduría. Son mi vida.
«Los voy a dejar temprano al colegio. Después los voy a buscar. De repente te hinchan un poquito, pero después estás dos o tres horas sin ellos y los empiezas a echar de menos. Extraordinario”
Julio César Rodríguez: “Y sicológicamente es complejo, porque uno ya está grande, quizás quiere otras cosas, viene de vuelta, cuando tienes un hijo a los 62 dices ‘¿a qué hora termino de educar? Voy a terminar de pagar colegio a los 80, después parte la universidad…’”
Eliseo Salazar: “Bueno, mi hijo grande que está en Estados Unidos tiene 20 y ahora está en tercer año de universidad, vive en la universidad, en esas fraternidades. Entonces voy a estar saliendo de Eliseo chico y voy a estar empezando con estos chiquitos que ahora están en pre kínder.
“Pero feliz. Igual que tú, hay que trabajar, hay que darle siempre hasta el final y es un sentido de responsabilidad, de deber. Algún día, yo le digo a mi mujer, nos irán a pagar cuando estemos viejitos”
Rodríguez: “¿Te mantiene joven, activo?”
Salazar: “Sí, seguro. Pero siempre quise hacerlo así, yo soy Eliseo Salazar quinto, mi abuelo murió a los 94 años, mi papá a los 90, así que yo digo que voy a llegar a más de 100.
“Así que espero verlos a los noventa y tantos ya grandes. Y nada poh, uno hace todo por los hijos, voy al parque con ellos, me subo a la bicicleta, al final te duelen los huesos, pero uno queda feliz”.