«Querían que estuvieras súper aislada. Me accidenté la pata y me llevaron al hospital con los ojos vendados…», recuerda Carolina Soto sobre reality en México
«Fue bueno, pero me causó muchos estragos emocionales”, afirmó Carolina Soto sobre su participación en el reality show La Academia, edición Bicentenario, que produjo Azteca Uno en 2010, en México.
La cantante de 38 años ganó el segundo lugar de la competencia y sobre ello habló en Pero Con Respeto, late que conduce Julio César Rodríguez en Chilevisión. Estas fueron sus palabras:
“Era un reality musical donde teníamos que estar encerrados tres meses. Terrible. Mi peor experiencia a nivel televisivo. Porque tú entras al reality como súper cuidadosa, que no se te vaya a ver nada.
“Te lavas los dientes, hay como diez mil weones mirándote cómo te lavas los dientes. Entonces al principio te lavas los dientes como súper lady. Después ya no estás ni ahí. Y fue vivir con más gente que no conoces y en un encierro.
“No teníamos reloj en la casa nosotros, entonces no sabíamos si era mañana, si era tarde. Después me contaba mi mamá que nos levantaban como a las cinco de la mañana a hacer deporte y nosotros jurábamos que eran las diez de la mañana.
“Entramos 51 participantes de todo el mundo a esa casa y llegamos a la final diez, tres mujeres y siete hombres, y yo salí segunda. Todos los sábados se eliminaba gente y ahí elegía la gente. El público era el que votaba. Y era como las grandes galas”
Julio César Rodríguez: “¿Tú te preparabas todas las semanas para esa gala?”
Soto: “Sí, nos daban canciones. Era un reality, te ponían en conflicto todo el rato”
Rodríguez: “¿Pero tú cachabas lo famosa que eras en ese momento?”
Soto: “No, en México no, porque no podíamos verlo. Ellos querían que estuvieras súper aislada. Querían que no te dieras cuenta de nada. Una vez yo me accidenté la pata, me llevaron al hospital y me llevaron con los ojos vendados. No podía ver dónde me estaba trasladando”
Rodríguez: “Son raros los mexicanos”
Soto: “Es que era parte del show, de las reglas. Súper exigente el reality. Allá se cumplía la ley del reality. De hecho, la directora del programa nuestro era la directora del Gran Hermano, entonces imagínate la mente que traían ellos.
“Nos ponían en jaque. Nosotros teníamos un menú de comida establecido todos los días y de repente te ganas premios por desempeño. Un día me gané un premio y podía elegir mi comida favorita y elegí mariscos.
“Entonces el reality te ponía a comer delante de todos y tú no podías darle a ningún amigo tuyo comida. Si le dabas te lo quitaban. Igual yo di un chorito por ahí (ríe). Fue bueno, pero me causó muchos estragos emocionales”.