Glamorama

Kim Kardashian lució en la gala del MET el famoso vestido transparente de Marilyn Monroe

Autor: Cristián Farías Ravanal / 3 mayo, 2022

Marilyn Monroe le cantó «happy birthday Mister President» al mandatario de Estados Unidos John Kennedy, en 1962, en un vestido transparente con más de seis cristales bordados y que terminó de ser cosido en el cuerpo de la actriz por lo ceñido.

Las quince mil personas que asistieron al evento a beneficio en el Madison Square Garden de Nueva York gritaron y aplaudieron cuando la máxima sex symbol del cine -que según miles de crónicas fue amante de Kennedy, casado con la elegante Jackie- dejó caer la estola de piel que la cubría.

El vestido pasó a formar parte de la historia de la moda y solo volvió a ser usado este lunes por Kim Kardashian en la Gala del Met.

Fue el momento más comentado de la cumbre del glamour y la extravagancia que regresó en gloria y majestad tras dos años de pandemia.

El tema de la alfombra roja en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York -institución a la cual beneficia esta gala- fue el glamour en la edad de oro estadounidense, específicamente «el de la grandeza de Nueva York en la época comprendida entre 1870 y 1890».

Entonces Kim Kardashian, la reina del docureality, la mujer más famosa del momento, con 307 millones de seguidores en Instagram, pensó «¿qué es lo más americano que se te ocurre? Y eso es Marilyn Monroe», según declaró a la revista Vogue, organizadores de la velada que dio inicio a la segunda parte de la exhibición «In America: An Anthology of Fashion» en el museo.

«Para mí el momento más Marilyn Monroe es cuando cantó le Feliz Cumpleaños a JFK», afirma la diva de 41 años que hace siete meses comenzó a trabajar para concretar el plan.

El modelo del «happy birthday» fue hecho a medida en 1962 por el modisto Jean-Louis, quien se guió por un boceto del diseñador Bob Mackie -el mismo de los trajes con aberturas, plumas, adornos el ombligo al aire y tocados enormes que usó Cher en los años ’80-.

La protagonista de La Comezón del Séptimo Año lo compró en 1.440 dólares, se lo puso para la mencionada ocasión y el traje se guardó.

En 2016 fue vendido en 4,8 millones de dólares en una subasta y luego lo adquirió el Museo Ripley, Aunque Usted No Lo Crea, franquicia de acontecimientos extraños o curiosos sucedidos en el mundo que tuvo un programa que se exhibió en la televisión chilena durante los domingos de mediados de los años ’80.

En Ripley se lo prestaron a Kardashian y todo el traslado y manejo de la pieza se hizo a través de vuelos privados, siempre custodiado por guardias y otras medidas de cuidado y seguridad.

La primera vez que la mayor de las tres hermanas Kardashian se lo probó le quedó chico. Ella casi lloró. «Pero era esto o nada», cuenta.

Por eso inició dieta y entrenamiento: «Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría a gran velocidad, eliminaba por completo el azúcar y los carbohidratos, y sólo comía las verduras y las proteínas más limpias».

Bajó siete kilos, pasó 14 horas decolorando y tiñéndose el pelo para lograr el platinado de Marilyn Monroe.

Este lunes instalaron unas carpas junto a la entada del Museo Metropolitano de Arte para que Kardashian se pusiera el vestido evitando los más mínimos riesgos de causarle algún daño.

La campeona de las redes sociales salió, subió las escaleras del MET junto a su pololo el comediante Pete Davidson, caminando a pequeños pasos, con dificultad, con ayuda, para no romper la delicada tela y costuras.

Posó ante el estallido de flashes, entró y se sacó el traje, que volvió a la bóveda que protege su brillo original.