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Sabrina Sosa en una imagen tomada de la pantalla de Síganme Los Buenos, en el canal VIVE.

«Creía que no iba a haber otra persona, que me podía ir mal, que podía arrepentirme, o que afuera de mi casa era todo feo…», explica Sabrina Sosa sobre su separación de Claudio Valdivia

Autor: Equipo Glamorama / 12 junio, 2022

«Me costó terapias, tatuajes, un montón de cosas que me iban fortaleciendo para decir ‘es el momento, es ahora’», relata Sabrina Sosas sobre su proceso de separación.

La bailarina y modelo argentina radicada en Chile, quien se hizo conocida en Yingo, terminó una relación de ocho años con el ex futbolista, ex chico reality y actual emprendedor de juegos deportivos Claudio Valdivia, con quien tiene un hijo de cinco años.

Estas fueron las palabras de Sosa en el late Síganme Los Buenos, en el canal VIVE:

«Al principio me costó tomar la decisión y tener la fortaleza de hacer el cambio. Porque uno puede decir ‘sí, quiero irme de viaje’, pero para irte de viajes tienes que comprar un pasaje, no sé qué.

“Yo sabía lo que quería, pero el hacer el cambio, el lograrlo, también es algo que es de a dos, entonces esa parte fue bastante difícil. Uno tiene que animarse. Me costó terapias, tatuajes, un montón de cosas que me iban fortaleciendo para decir ‘es el momento, es ahora’.

“Me daba miedo, primero, mis creencias limitantes que tenía, de que iba a fracasar en la familia que había formado. Entonces sentía que fracasaba en algo que yo amaba un montón y que lo estaba por romper. Un proyecto de familia.

“Por otro lado yo decía ‘¿y si no hay nada mejor y después me arrepiento?’. Si no conozco a otra persona que realmente me llene, me haga feliz. ¿Y si quisiera volver y después ya es tarde?’. Y me pasaba mil películas.

“En un momento dije ‘me gustaría tener otro hijo’, todo esto todavía queriéndome separar, viviendo juntos, y no me podía imaginar entrando a una sala de parto con otro hombre que no sea el mismo papá del Gaspi.

“Son todas limitantes que tenemos cada una y que uno tiene que aprender que la familia no es solamente vivir con el papá de tu hijo y que puedes tener un montón de tipos de familia. Hasta ser mamá con un hijo y no tener una pareja también es ser familia.

“Tuve que empezar a ampliar mis creencias y así confiar en que si uno no está en un lugar donde te sientes feliz, tienes que salir de ahí, porque claro que va a haber algo mejor del otro lado. Pero el no verlo hace que te cueste tomar la decisión.

“(Existe) Cariño, el no saber qué hacer, cómo tienes que reordenar o reorganizar tu vida. También me pasó que él no estaba de acuerdo con que nos separemos, entonces también fue el poder hacerle entender de que no estábamos bien y que veamos lo mismo. Porque si uno está mal, y si lo estoy viendo, no importa que no lo veas, importa que yo estoy sintiendo algo y también eso cuenta”

«Todo eso llevo mucho tiempo. No es que nos juntamos un día o nos sentamos a conversar. Llevo bastantes charlas, bastante tiempo, porque entre una charla y otra pasa tiempo, no es que te sientas todos los días a conversar sobre temas complejos.

“Fue seguir mi instinto y mi intuición de que iba a ver algo mejor. A todo esto, igual fui a coach, tomé terapias, porque estaba con bastantes problemas de autoestima. Por eso creía que no iba a haber otra persona, o que me podía ir mal, o que podía arrepentirme, o que afuera de mi casa era todo feo”.