«Nosotros nos separamos cuando nació mi hija, pero seguimos viviendo juntos y siendo compañeros de crianza… Y tuve pololo puertas afuera», relata María José Quiroz
“He vivido las dos caras de la moneda. Pero por ejemplo, cuando uno vive en pareja, uno tiene muchos distractores, la casa, haya hijos o no, cuentas», afirmó María José Quiroz sobre las opciones de vivir una relación amorosa puertas adentro o afuera.
La actriz de 50 años -quien se hizo conocida en el dúo de humor Las Iluminadas, que integró junto a Mariú Martínez en Morandé con Compañía-, madre de dos hijos, fue entrevistada hace unos días en Aquí Somos Todos, en Canal 13, y este fue su relato:
“(Cuando convives) Si uno se enoja con su pareja, tienes que mirarle todo el día la cara. ‘¿Qué te pasa?’. Ponerte en la buena. Te das vuelta para allá, te levantas. Es todo cuesta arriba.
“Yo viví dos veces en mi vida en pareja, conviví años. Y ahora ya llevo muchos años viviendo sin pareja. Y me di cuenta de cosas que antes no me daba cuenta.
“Por ejemplo, mi libertad, no solamente afuera. Si me levanto y quiero ver una serie hasta las cinco de la maña, o las once de la mañana, nadie me dice ‘oye, apaga la tele, porque te tienes que levantar’. Soy libre en mi casa.
“Si quiero salir a fumarme un cigarro a las cuatro de la mañana y me dice ‘¿cómo vas a fumar a esta hora?’. Si quiero comer algo a esa hora, si un día no quiero cocinar, si no quiero levantarme, nadie me dice nada. Eso es maravilloso. Nadie me pinta el mono.
“Si un día quiero salir a cualquier parte, no tengo que pedir permiso. Pero preguntar ‘¿te parece?’, ‘es que me da lata dejarlo solo’, ‘¿cómo lo voy a dejar solo?’… La libertad que me ha generado el pololear puertas afuera ha sido maravillosa.
“Yo viví con el papá de mi hija. Nosotros nos separamos cuando nació mi hija, pero seguimos viviendo juntos y seguimos siendo compañero de crianza. Por cosas de la vida, necesitábamos vivir juntos solamente como papás. Vivimos muchos años así. Y tuve pololo puertas afuera. Y el papá de mi hija no tenía ningún problema.
“Si me emparejaba con alguien, la persona tenía claro que vivía con el papá de mi hija. Por un tema de crianza y que nuestra prioridad siempre fue nuestra hija. Y por motivos que no los voy a explicar acá, teníamos que vivir juntos. Era nuestro objetivo.
“Y la persona que llegaba tenía que entenderlo así. Y esta persona sí lo entendió así, lo respetó. Fui transparente desde el primero momento. Yo era más enrollada que los dos. Pero ningún problema”.