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Pablo Mackenna en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en CHV.

«Siento que fui un imbécil, lo que no se me ha quitado del todo…», reflexiona Pablo Mackenna sobre su época en CQC

Autor: Equipo Glamorama / 14 junio, 2022

«Siento que fui un imbécil, lo que no se me ha quitado del todo», es parte de la reflexión de Pablo Mackenna sobre el programa televisivo Caiga Quien Caiga.

El escritor de 53 años fundó en 2002, junto a Nicolás Larraín y Felipe Bianchi, la versión chilena del espacio transandino.

Mackenna salió del programa 2005 y, el año pasado, se refirió a la producción diciendo:

“Yo estoy seguro que el programa que hacíamos no se puede hacer porque éramos en muchos sentidos unos imbéciles. Jugábamos en unos límites que por suerte aprendimos a controlar, con respecto a las mujeres, con respecto a gente que no le había hecho daño a nadie».

A ello respondieron rostros de CQC -quienes hasta 2021 realizaban ediciones especiales de la producción, para las elecciones-, manifestado lo siguiente:

Felipe Bianchi: “Puedo entenderlo, porque a sus 52 años, y después de la vida que ha vivido, Pablo Mackenna no sabe ni lo que recuerda”

Gonzalo Feito: “Qué lástima que te consideres un imbécil, Pablo. Hay terapias para superar eso…”

Iván Guerrero: “Bueno, la definición de imbecilidad, según los griegos incluso, ha estado siempre en la boca de quien la dice”.

En tanto, casi un año después de ello, Mackenna reaccionó en un capítulo de Podemos Hablar exhibido por CHV durante el fin de semana. Dijo:

“La verdad que me impresionó harto, porque lo que estaba diciendo yo era un acto de constricción que yo esperaba que compartieran. Ahora, Iván Guerrero citando a los griegos es como un poquito mucho…

“Lo que quería decir, y creo que todos nos damos cuenta un poco, es que era una época en que todos fuimos un poco al choque y pasamos a llevar a mucha gente.

«El programa se trataba de política, de fútbol, de farándula. Y fuimos un poquito despiadados. Yo, personalmente, sufro de vértigo verbal. Y creo que una construcción verbal que funciona, remate, me quedo en eso, en la construcción, y me olvido que detrás de la construcción hay personas.

“A mí, hacer bolsa a un político, al cual nosotros pusimos energías, le pagamos y, además, le creímos, y luego nos traiciona, me da lo mismo tratarlo mal porque se lo merece, en el caso de que se lo merezca. Pero de repente a la gente de la televisión que uno encontraba que lo hacían bien o mal, no le hacen daño a nadie.

“Entonces, ser tan despiadado me parece un poquito grotesco, también con las mujeres. Los tiempos cambian. Pero yo creo que, incluso para esos tiempos, la adrenalina del programa, el choque, yo personalmente, con mi vértigo verbal, pasé a llevar muchas cosas. Y sí, siento que fui un imbécil, lo que no se me ha quitado del todo.

“Uno se acuerda de las mellizas Campos. No voy a recordar las cosas que dije, pero fueron terribles. Y yo trato de reparar a todas esas personas a quienes, puntualmente, se me pasó la mano. En la vida me he encontrado y he tratado de reparar. Yo creo que se nos pasaba el tejo”.