«Decidí vivir. Me gusta actuar, me gusta vivir la vida intensamente. Y es mucho mejor que quedarse como una planta esperando si te va a venir (otro infarto)…», afirma Carolina Arregui
“Es fuerte. Es que la sensación es muy cuática. No es un dolor de cabeza, dolor de guata, no es algo que tú hayas experimentado en alguna otra situación. Es algo muy distinto. Es tan potente que tú sientes que de ahí para adelante no hay más», partió relatando Carolina Arregui en Podemos Hablar sobre el infarto que sufrió en marzo de 2011.
Entonces la actriz actuaba en la teleserie Primer Dama, cuya emisión recién había finalizado.
Así continuó el relato de Arregui:
“La respiración se te empieza a cortar. El peso en el pecho. Fue súper heavy. Finalmente, lo que tengo hasta el día de hoy y lo voy a tener hasta el día que muera, que ojalá no sea de un infarto, se llama Angina de Prinzmetal.
“Primero hay que hacerse un tratamiento. Yo creo que tiene que ver mucho con la cabeza, frente a situaciones de estrés, de angustia, de impotencia, de agobio. El cuerpo tiende a reaccionar.
“Aquí tengo dos alternativas: hacerle caso al doctor y quedarme en mi casa de gomero, cosa que no tiene ningún sentido. Vivir así no tiene ningún sentido. Y si no, lo otro es seguir haciendo lo que a uno le gusta hacer, tratando de pasarlo lo mejor posible, siendo feliz, tratando de sacarse las angustias y las aprehensiones y disfrutar de la vida.
Jean Philippe Cretton: “Cuando escuchas la palabra infarto, ¿qué es lo primero que se te viene? ¿A qué lo relacionas?”
Arregui: “A ese momento que viví, que fue muy heavy, porque me pasó justo en el spa de mi marido. Había subido corriendo las escaleras y llegué como agitada. Pero de repente fue algo… Y había personas alrededor mío que decían ‘¿qué es esto?’. Y como que pierdes la conciencia, pierdes el control de tu cuerpo. Es una sensación muy desagradable, como de lava que te corre por el cuerpo”
Cretton: “Y un hormigueo”
Arregui: “Exacto. Y un peso muy potente en el pecho. Y esto duró mucho rato. No paraba, no se pasaba. Y decía ‘¿a dónde vamos a llegar?’.
“Hasta que me hicieron este examen. Y cuando me hicieron este examen descubrieron que tenía esta enfermedad. Y ahí descubrieron que era esta angina que se comprimía frente a situaciones extremas.
“Pero decidí vivir, porque esa es mi vida. Me gusta actuar, me gustan las emociones, me gusta vivir la vida intensamente. Y creo que eso es mucho mejor que quedarse como una planta esperando si te va a venir o no”.
