«Nos enamoramos también de nuestras heridas y de nuestros traumas. Somos grandes amigos, hay amor, respeto y mucha admiración…», expresa Cami Stuardo sobre su marido
«No se tomó ni cinco minutos y me dice ‘vámonos… ¿Cuándo se te va a repetir una oportunidad así? Es tu momento’», cuenta Camila Stuardo sobre el apoyo de su marido para irse a México.
La figura televisiva, de profesión relacionadora pública, se refirió a su matrimonio con el ingeniero civil industrial Javier Urzúa, con quien tiene dos hijas, y a la nueva vida de la familia.
Tras reuniones laborales de Stuardo, se instalaron a vivir allá en febrero de este año. Hace unos días ella firmó su primer contrato con un canal local.
Durante una conversación por Instagram con Angélica Castro, el ex rostro de espacios como Calle 7 o Así Somos relató lo siguiente:
“Todo lo que nos ha pasado desde que llegamos a México ha sido tan hermoso. La calidad de vecinos, las reuniones que fui, las oportunidades que me dan. La gente con la que trabajo. Entonces me veo como una loca diciendo ‘gracias, gracias, gracias’ todo el día, porque tengo tanto de lo cual agradecer.
«Tengo grandes compañeros. Tengo una familia que me está acompañando, que eso es equidad de género, porque normalmente es el hombre el que arrastra siempre a la familia por el mundo. Y hoy vemos a esta nueva generación de hombres que… Y esto es otro tema.
«Dicen ‘tremendo papá, tremenda pareja’, cuando en verdad, y él mismo me lo dice, es lo que corresponde. Y yo: ‘Sí, pero es que la mamá si hace lo mismo no la felicitan así’. Porque se sorprenden de los hombres que tienen esta equidad de género tan a flor de piel.
“Lo que tengo hoy como familia es mucho más grande de lo que siempre soñé. El matrimonio no es fácil. Señora, si a usted le dicen que después de casarse se van a solucionar los problemas, mentira. Empeoran.
“La clave para tener lo que tenemos hoy con Javi es que cuando nos conocimos los dos estábamos súper aburridos de ser alguien para agradarle a la pareja de ese minuto. Todos pasamos por esos momentos de inseguridad y es normal, pero uno deja de ser uno.
“Entonces, estábamos cansadísimos de ser quienes no éramos. Yo soy intensa, soy artista, y necesitaba a alguien que me dijera ‘go Cami’, porque sino no puedo nomás. Y Javi era lo mismo.
«Nos conocimos y, ¿viste que te dicen que los primeros tres meses son hermosos? No. Nosotros peleamos como condenados, porque nos mostramos tal cual éramos. Y eso hace que hoy nos conozcamos tan bien, después de once años, dos hijas, que ya no hay muchas sorpresas en ese sentido.
«Nos enamoramos también de nuestras heridas y de nuestros traumas. Somos grandes amigos, hay amor, respeto y mucha admiración”.
