«‘Una condición: no puede estar el señor Julio César Rodríguez’. Les dije ‘ha sido un placer, pero yo sería incapaz de sacar a alguien que trabaja conmigo…'»: la historia que contó Paty Maldonado
“’El pajarraco’, así le decía yo en la radio. Yo con Julio César Rodríguez tengo una historia que tal vez no la he contado nunca. Me costó mucho llevarlo a la radio Agricultura en esos años, por aprensiones», comenzó relatando Paty Maldonado, invitada a Me Late Prime.
Así continuó el relato de la comunicadora de 71 años:
«Él había escrito unos artículos donde lo echaron (de La Nación Domingo), porque a él lo echaron por escribir un artículo referente a la ley de pesca. Yo soy testigo, porque trabajábamos en el Canal 13.
“Ahí lo conocí, me gustaba este cabro, siendo los dos distintos. Yo decía ‘este cabro tiene condiciones para la televisión, es habilidoso, rápido’. Bueno, llega a la televisión, no muy famoso, y me dicen, ya no estaba con la Raquel en la radio, ‘Paty, ¿con quién trabajarías tú?’.
“‘Me gustaría trabajar con Julio César Rodríguez’. ‘No, no’. Me dicen que no, no porque sea la radio Agricultura, a la cual yo le tengo un gran cariño, era porque él se había tirado en contra de los empresarios y la radio Agricultura está hecha casi de empresarios poh.
“Resultado que lo logro, con la condición de que me tenía que hacer cargo de él si se mandaba una cagpa. No tuve el más mínimo problema, porque es un tremendo profesional. Es más, y esto sí que es una novedad, me llaman de una famosa empresa a mí para auspiciarme.
“Pero ellos querían auspicio total, se ponían con toda la plata, una tremenda empresa. Y yo voy feliz a la reunión, eran españoles, ‘nosotros queremos tenerla y queremos ser los dueños del programa y esto y lo otro’. ‘Chucha’ dije yo, ‘aquí estamos listos’. ‘Pero con una condición: no puede estar el señor Julio César Rodríguez’.
“‘Ha sido un placer, muchas gracias’, les dije. ‘Yo sería incapaz de sacar a alguien que trabaja conmigo. Si yo llego a quedar sola, le prometo que voy a tocar su puerta, pero ahora no me pida esto por ningún motivo’. Y este caballero llamó a la radio, me llaman de la radio y me dicen ‘¿qué pasó?’.
“Y el auspicio era muy bueno para la radio. Les dije ‘bueno, si me pega depende de esto… Pero yo no traiciono, no nací con esa palabra, la traición no la conozco’. Pasó y un día estoy almorzando y llega mi compadre, el pajarraco, se acerca y me toma la mano muy emocionado, él tenía a su hijo enfermo en ese minuto, yo dije ‘¿qué pasó?’.
“Me dice ‘nunca podré olvidar lo que hiciste’. ‘¿Qué hice, weón?’. ‘Que no aceptaste el auspicio’. ‘¿Tú pensabas que yo te iba a echar porque me iban a auspiciar? ¿Tú habrías hecho eso por mí?’. Yo creo que sí, yo creo que mucha gente lo habría hecho, pero no estamos hablando de la gente, sino de lo que a mí me pasó.
“Entonces le tengo un gran cariño. De repente me descompone un poco, porque encuentro que se sube a cualquier micro. El debe mantenerse en su postura de periodista, como era, pero encuentro que es un buen cabro”.