Glamorama
Francesca Cigna en una imagen promocional de Aquí Se Baila, espacio en el que participó en 2021.

«Uno le echa la culpa siempre al otro: ‘Es que él era pastel’, ‘de nuevo otro pastel’, ‘que tengo mala suerte en el amor…'», recuerda Francesca Cigna «Blanquita Nieves»

Autor: Equipo Glamorama / 26 julio, 2022

«Yo sentía ‘me va bien en muchas áreas, pero el amor… Siempre sigo atrayendo al mismo tipo de hombre, un pastel tras otro, el mismo patrón’», recordó Francesca Cigna sobre la época anterior a su relación desde hace siete años con el  terapeuta en saikei Rodrigo Zarzar, con quien tiene una hija de tres años.

La bailarina que se hizo conocida como «Blanquita Nieves» en la primera época de Morandé con Compañía, a inicios de la década del 2000, estuvo en un capítulo de Pero Con Respeto emitido hace un par de semanas donde se dio el siguiente diálogo:

Julio César Rodríguez: “Tú tenías en la cabeza que el amor no era lo tuyo. Te había ido mal en el amor. Venías de algunas situaciones de pareja malas y decidiste hacer terapia. ¿Tan mala había estado la cosa?”

Francesca Cigna: “Estaba bastante mala la cosa. Primero, a mí siempre me gustó mucho todo lo que es el tema del desarrollo personal. Yo estudié terapias alternativas, hago flores de Bach, entonces siempre he sido de que es importante trabajar en uno mismo. Siempre me llegaban mails de este tipo de terapias nuevas.

“Y llevaba bastantes años en que yo sentía ‘me va bien en muchas áreas, en trabajo, familia, amigos, todo bien, pero el amor… Siempre sigo atrayendo al mismo tipo de hombre, un pastel tras otro, el mismo patrón’. Uno primero le echa la culpa siempre al otro, ‘es que él era pastel’, ‘de nuevo otro pastel’, ‘otro pastel’. Decía ‘que tengo mala suerte en el amor’.

“Hasta que dije ‘¿no será algo que tenga que ver conmigo? Quizás yo tengo que trabajar en algo’. Entonces me llega un mail sobre una terapia nueva que se llama psych-k . Yo dije ‘¿qué es esto?’. Y se trata de cambiar nuestras creencias. Todos tenemos muchas creencias, algunas nos ayudan y otras son muy limitantes también.

“Entonces me di cuenta de que tenía la autoestima súper baja y no me valoraba. Entonces fui a tomar una sesión de psych-k, estamos hablando de siete años atrás. Cuando vi la foto fue ‘pucha qué lata, es guapo el terapeuta’ (se refiere a su actual pareja, Rodrigo Zarzar). Porque yo creo que es más cómodo contar los problemas a un viejo feo, que a alguien joven y guapo.

“Pero dije ‘bueno, ya, yo necesito cambiar’. Y me sentí tan cómoda con él, era como si nos hubiéramos conocido de toda la vida, y vi grandes cambios. Obviamente también me di cuenta que con mis anteriores pololos siempre yo era la última prioridad, siempre había cosas más importantes.

“Pero me di cuenta que eso era lo que hacía conmigo: yo era última prioridad también. Tuve que cambiar cosas en mí para atraer personas donde sí podía ser primera prioridad. Y este terapeuta emocional, como lo llamas tú, terminó siendo el padre de mi hija”.