«Yo sé que lo conocí en otra vida. Y sé incluso de qué lugares veníamos…», expresa Pamela Villalba sobre sus 23 años junto a Remigio Remedy
“Me miraba harto, pero yo debo confesar que no me gustó, pero sentí que era muy creído», cuenta Pamela Villalba sobre el primer encuentro con Remigio Remedy, con quien lleva 23 años.
Esta es la historia que contó la actriz y veterinaria sobre su relación con el también actor – el matrimonio son padres de cinco hijos, dos de ellos como pareja- en el último capítulo de La Divina Comida exhibido por Chilevisión:
“Yo creo mucho en los lazos de amor. Y los lazos de amor se supone que uno vuelve a juntarse con las energías de amor que ha tenido en una vida.
«Yo sé que lo conocí en otra vida. Y sé incluso de qué lugares veníamos. Y después lo corroboré a través de regresión. Pero esa es otra historia muy larga.
«El tema es que nos topamos, nos cruzamos, porque me llamaron cuando estaba todavía en la universidad para hacer un bolo (una breve aparición). Y estaba súper chica, en primero o segundo año de Teatro. Pero en esa teleserie (Juegos de Fuego, en TVN en 1995) yo tenía que andar detrás de la moto de Álvaro Escobar y Remigio andaba en otra moto. Y de ahí no lo vi más.
“Me miraba harto, pero yo debo confesar que no me gustó, pero sentí que era muy creído. Y de ahí nos encontramos en una teleserie que se llamaba Tic Tac (en TVN en 1997). Y en Tic Tac tuvimos una onda, pero era una onda medio de aburridos.
“Teníamos que esperar horas y había sets con camas calientitas. Y no hicimos nada, ojo. Solamente un par de piquitos. Un poquito más que piquitos, pero nada más. Pero no es que nos hicimos pareja. Pero ahí tuvimos onda.
“Y teleserie siguiente fue Marparaíso, que hacíamos de pareja. Y nos hicimos amigos, súper amigos, y ahí empezamos a tener una onda. Yo en un momento me enamoré y caché que queríamos estar juntos. Y él dijo ‘sí’, pero que no quería una relación estable.
“Y a mí me dio el ataque. Lo mandé a la mierda. Pero soy de las que corto altiro. Soy heavy. ‘Bueno, esta cuestión se acabó’. Y me fui a la playa. A los dos días suena la puerta. Era él. Venía a pedirme pololeo.
“Y ahí empezamos a pololear. Así empezó la relación. Y de eso han pasado 23 años, digo yo. Habría que sacar las cuentas. De verdad soy mala para los números”.