Glamorama
Fernando Larraín y Felipe Izquierdo revivieron los "Corazones Service", en una publicidad de Lipigas de 2018. Imagen tomada de la pantalla de YouTube.

«Felipe Izquierdo sabía andar en moto. Yo me caía siempre en la moto, no la dominaba, pero era muy entretenido sentirse como Elvis…», recuerda Fernando Larraín sobre los «Corazones Service»

Autor: Equipo Glamorama / 15 agosto, 2022

“En la época de las motos, la época de ‘Corazones Service’, ¿cómo la viviste? ¿Qué recuerdos hay de aquello?”, le preguntó Julio César Rodríguez a Fernando Larraín en Pero Con Respeto.

Corazones Service fueron los personajes que realizaron Larraín, quien era «Clinton», y su amigo Felipe Izquierdo, quien interpretaba a «Reagan». La pareja se movilizaba en moto, ambos vestidos igual -al estilo de la serie de los años ’80  CHiPs, Patrulla Motorizada-  y su misión era unir parejas. Llegaban donde una persona con la misión de que diera la oportunidad amorosa o se reconciliara con alguien.

Se hicieron conocidos y tuvieron éxito como sección del espacio dominical Venga Conmigo, que se emitió en Canal 13 en los años 90, hasta 2003.

En 2018 Izquierdo y Larraín revivieron el gag para la publicidad de una marca de gas licuado, en tanto este último contó en Pero Con Respeto lo siguiente:

“Felipe sabía andar en moto. Yo me caía siempre en la moto, no la dominaba, pero era muy entretenido sentirse como Elvis, bajarse de la moto y ‘hola, ¿cómo estai?’, cantábamos canciones de la época”

Julio César Rodríguez: “Llegaban con regalos”

Fernando Larraín: “Sí. Llegábamos con las cajas de chocolates y nosotros siempre teníamos hambre, antes de regalar la caja de chocolates ya venían medias abiertas las cajas.

«Pasaban muchas horas desde que partíamos grabando, entonces eran las tres de la tarde, ‘no hemos comido nada, saquemos uno’, y nos comíamos los chocolates antes de entregarlos. Era muy entretenido el tema”

Rodríguez: “Se notaba que era espontáneo. Y tú bailabas de repente”

Larraín: “Sí, yo les bailaba, bailábamos con la niña y Felipe me echaba al agua, me decía ‘Fernando, no te involucres’. Porque yo empezaba a bajar la mano, la espalda, como para bailar. Pero era muy entretenido y las niñas gritaban y era sentirse muy ídolo.

“Una vez llegamos a una discoteque en Antofagasta, entramos con las motos y yo me reía. A mí me encanta que me toquen, la polera, tenía puras manos de niñas, y yo estaba así ensalzado. Y Felipe diciendo ‘¡suéltame weón!’. Eran dos reacciones distintas. No podíamos entrar en la discoteque y Felipe estaba terrible. Pero una muy buena época”